Review The Leftovers, episodio 8: revelaciones inesperadas

[alert type=red ]El siguiente texto contiene spoilers del octavo episodio de The Leftovers[/alert]

Probablemente nunca pensé que escribiría esto, pero tuve una epifanía: The Leftovers me acaba de atrapar, sin vuelta atrás. El capítulo del pasado domingo (quedando solo 2 para el fin de temporada) fue de infarto (al menos para mí, en mi mundo): supimos muchas cosas, pero se abrieron más misterios, es como ordenar tu pieza y justo tener que cambiarte de casa, no es una resolución final, pero pudiste encontrar cosas que no sabías que ahí estaban. El prólogo nos muestra en paralelo a Kevin Garvey y a Patti-líder de los Remanentes Culpables- en rituales específicos: el hombre que viste azul armaba una cena familiar y la mujer que viste blanco tendía diferentes prendas de vestir en el suelo. Siempre muy conceptuales las escenas previas al opening tan bizarro que nos presenta. Garvey invita a Nora a su casa a cenar junto a Jill (su hija) y a Aime (amiga de la hija), donde el conflicto principal es la posesión de una pistola por parte de Durst que es descubierta por la mini Garvey, quien encara a la nueva aventura de su padre, a lo que ésta la desafía a escarbar en su cartera en busca del arma. Ante la ausencia de ésta, Jill no se convence e irrumpe, en su juvenil y rebelde forma de ser, en la casa de Nora y encuentra la pistola bajo la cama de uno de los hijos de Durst, manipulándola un momento, sintiéndose agobiada posiblemente, escena que nos da luces de un probable deseo de suicidio por parte de Jill, quien finalmente la deja sobre la cama, alertando a Nora del hallazgo.

Por si no fuera poco, liberó al perro bestia del patio de su casa, que Kevin en una noche de amnesia-locura-sonambulismo o manipulación de terceros lleva a su hogar. Y es en éste episodio, donde vemos a un Garvey fuera de control, perdido en un bosque (muy Lost, sí, yo y mi obsesión de comparar ambas series, porque sé que encontraré respuestas o quizás las inventaré para satisfacerme) ingresando a una cabaña donde Patti estaba atada y golpeada. Y como soy una persona responsable y aplicada, tras mucho leer acerca de la serie, muchos concuerdan en lo mismo: The rapture en sí mismo probablemente nunca se resuelva, ya que no es el misterio más primario, sino que los personajes enigmáticos darán esa cuota de extrañeza capítulo tras capítulo y las opiniones son divididas entre la relevancia de Wayne (el superpoderoso afroamericano que embaraza asiáticas), Garvey senior (el padre de Kevin que escucha voces y cree tener muchos conocimientos acerca de cosas misteriosas) y Dean (el «mataperros» de mandíbula asimétrica muy a lo «Sugar bear» de «Honey Boo boo»). Y me detengo en este último: siempre que Garvey duerme y despierta en lugares desconocidos, Dean está ahí, siempre que Kevin pierde el control, él aparece, siempre que ocurre algo inesperado, él está presente.

Se desarrolla un diálogo entre Kevin y Dean, referente a que Kevin deseaba hacer algo que no recordaba, que era atacar hasta la muerte a Patti, situación de la que el policía es completamente ignorante. Y ahí ocurre la escena favorita del episodio (muy guiño a Lost), Garvey se desplaza errante en medio del bosque-lo que me trajo a la mente Jack cuando buscaba a su difunto padre entre árboles y arbustos-hallando camisas clavadas en los troncos, lo que le hace recordar el altercado de la tintorería, donde exigía su uniforme y el dependiente de la tienda le decía que no estaban y ahí hace el click. Freak. Corre a la cabaña-otro guiño, muy igual a la cabaña en que Jack se encuentra con su padre y Charles Widmore- y Dean estaba asfixiando a Patti. Entre golpes, salva a la líder de la pseudo secta y Dean huye. Y la magia del capítulo nace: Patti habla con Kevin acerca de las diferencias entre los «normales» y los Remanentes culpables: quienes visten de blanco se despojaron de todo, tanto de lo material como de lo afectivo, ya que aceptan la desaparición masiva y saben que tienen una misión en la tierra, que es ser recordados. Luego de esa frase, el impacto fue fuerte: Patti admite haber matado a Gladys a piedrazos, ya que así la recordarían todos, asesinato que fue premeditado y coordinado por los pertenecientes a la agrupación. A la vez le cuenta a Garvey que Laurie, su ex esposa está pronta a morir y deja entrever que los Remanentes morirán uno a uno con tal de hacer saber su postura ante las cosas. Paralelo a ello, Laurie sigue movilizando a la pseudo secta para un gran plan que llevarán a cabo pronto y se dirige a la oficina de Patti, donde su lenguaje corporal deja entrever que será la sucesora del liderazgo, ya que la actual líder debe morir, teniendo noción absoluta del hecho.

Dato no menor pero tampoco tan relevante: Laurie reprende a Meg (Liv Tyler) por enfrentarse en palabras y gritos al religioso del pueblo, tomando un rol autoritario sobre ella. Al final del capítulo llega Jill (hija de Laurie y Kevin) a pedir alojamiento a la pseudo secta y Patti tras conversar con Kevin, se quita la vida con un vidrio afilado. En ese momento me sentí como las abuelas que hablan con el televisor viendo teleseries venezolanas, quedé en impacto máximo y maldije a Patti, por ser una «cabrona hardcore»: la señora sabe lo que hace, domina a todos y llegará hasta las últimas consecuencias por demostrar su punto.

Muy ñoñamente, siento que valió la pena no abandonar la serie cuando no me convencía, continuar viendo los episodios aunque me diera un poco de flojera y de darle la oportunidad. Está claro que no será nominada a grandes premios, AUNQUE, ganó el Critics Choice Television Awards de «Most exciting new series» y apoyo completamente el galardón. Leftovers da esa instancia que entregaba Lost de tener un tema de conversación obsesivo tras cada capítulo emitido, donde cada uno formula sus teorías, genera interrogantes y por sobre todo se frustra en grupo por no saber de qué va cada situación, pero genera esa adicción a continuar viendo la serie por más preguntas que surjan.

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