Bill Masters atiende a su cuñada cuando, de repente, se corta la luz. Son unos minutos a oscuras que terminan cuando se encienden al unísono todas las luces de la consulta. Atención con este inicio del décimo capítulo de la segunda temporada de Masters of Sex, la clásica y eterna pelea entre luz y oscuridad es la idea que cruza el episodio hasta que empiezan los créditos. De una u otra forma, todos tenemos algo que deseamos iluminar y algo que mantener en la sombra.
Los hermanos Masters
Es de noche, Bill espera que llegue Libby a casa para la cena. Conversa con Essie. Su madre toma un trago, él también. El tema de conversación es Frank: “Cuando Francis era un niño, ¿no podías ver un poco de oscuridad en él bajo toda esa luz?”, le pregunta Bill sobre su hermano. Pareciera que los roles de los hermanos Masters estuvieron definidos desde la cuna, y que mientras Frank representaba al hijo iluminado y modelo, a Bill le tocó el papel del hijo sombrío. Lo paradójico es que de adultos los roles se hayan invertido, a causa del alcoholismo de Frank. Después de un accidente que deja a Essie con un corte en la frente, ellá está siendo atendida por Frank en la clínica de Bill. Éste llega a verla, ambos se ponen a discutir, Francis le echa la culpa al supuesto alcoholismo de su madre. A Essie la va a buscar Libby, los hermanos inician una conversación pendiente.
“Después de años de desesperación, finalmente logré algo de claridad”, dice Frank. Él cree que el alcoholismo es un mal de familia, y eso es tan desesperante. Bill lo enfrenta: “Siempre has sido débil, Frank. Esa es tu real aflicción, la cobardía. Tú eres un cobarde”. Frank le pega a Bill, lo deja sangrando, y Bill lo aviva a que le siga dando puños en la cara.
Flo y Austin
“Sigo pensando en los vellos dorados de tus muñecas, preguntándome si son del mismo color en todo tu cuerpo o si se vuelve más oscuro así como se vuelve más grueso”, esa fue Flo invitando a Austin a su casa, sin rodeos. El Dr. Langham queda descolocado. En la noche llega a la casa de Flo, su jefa, para decirle que eso no pasará. La deslenguada empresaria figura en bata, pelo suelto, un Martini en cada mano, y decidida a que pase lo que ella quiere. Austin insiste en no sentir nada por ella, Flo insiste en bajarle los pantalones. Resultado: se lo devora con zapatos y corbata. Luego, Austin le dice que lo que pasó, pasó, pero Flo no parece dispuesta a dejarlo, y como su jefa ejerce sobre el rubio doctor la misma presión que ejerce con sus labios debajo de su cinturón.
Lester y Barbara
Por fin, el archivista y la ex secretaria de Bill se conocen. Lester lee Cahiers du Cinéma ─la revista de cine francesa que en sus primeros años tuvo a François Truffaut o Jean-Luc Godard entre sus autores─ cuando escucha que alguien se cae en las escaleras, es Barbara. Lester la ayuda, la lleva a su oficina, conversan. El comienzo, poco auspicioso, pues se ponen a hablar de Dios. Barbara cree en Dios, Lester no. La lectura es obvia: los que creen en Dios están más cerca de la luz que quienes no creen en él. Esa conversación no termina bien. Tras esto, Lester se encuentra con Barbara en la cafetería del edificio, se acerca a ella para disculparse y antes incluso de que se digan sus nombres, ambos le confiesan al otro tener disfunciones en la cama. Lester encontró su mitad, igual de dañada que él, con quien poder resolverlo.
Bill, Virginia. Libby, Robert
Masters y Johnson están en la cafetería, Virginia revisa una publicación científica donde los mencionan en el pie de página del estudio de otro doctor. Bill empieza a preocuparse, ellos se supone que sean los pioneros en el campo de la ciencia con respecto al sexo, así que contrata a un relacionador público para iluminar el estudio (sí, la luz otra vez). Shep Tally (Adam Arkin) es el hombre que le dará visibilidad al trabajo de Bill y Virginia, cuando los observa interactuar juntos ve su potencial como pareja de doctores. CBS busca temas para documentar, así que… Pero a Bill lo incomodan las luces de la TV, teme porque se tergiverse su trabajo.
En la relación de Libby y Robert, el color de la piel hace que Libby sea la claridad y Robert la oscuridad. El CORE organiza un puerta a puerta promoviendo una huelga, Robert no quiere que la señora Masters vaya con su equipo pensando que no tiene que ir a meterse a las casas de los negros. A pesar de Robert, Libby llega al lugar y logra convencer a personas de participar en la huelga.
Johnson trata de ayudar a Masters con su disfunción. Le amarra las manos, lo deja a su merced. Virginia usa ropa interior negra, y aquí el significado se hace evidente: en el capítulo siete vimos a Libby con ropa interior blanca, ella representa la parte visible de Bill ante el mundo, su esposa. Virginia es su amante, su lado oculto, representado en el negro del conjunto que usa en esta escena. Bill reacciona sexualmente al estímulo pero se detiene cuando ella lo interrumpe. En el final del capítulo, Bill llega ensangrentado tras la golpiza de Frank, se recuesta en la cama, Virginia a su lado. Están de frente. Bill la besa. Segundos después, el gemido de Virginia nos dice que Bill está recuperado. Como la escena del comienzo, Masters pasó en un momento de la oscuridad a la iluminación. Hay quienes prefieren el sexo a oscuras, otros a plena luz, y están los que dejan una luz tenue que permite ese juego entre luces y sombras que es como la vida: mientras uno se mueve, hay sombras moviéndose en la pared, siluetas que no hablarían si no se calibra la luz y la oscuridad.