Si hay una constante que la segunda temporada de Masters of Sex explotó a lo largo de sus 12 capítulos es ésta: la del cambio. Cambios de oficina, cambio de década, relaciones cambiantes. Y ya que Bill y Virginia pasaron por casi todas las fases en su relación, el season finale los dejó a las puertas de la próxima, en materia laboral: dedicar su trabajo al tratamiento de disfunciones sexuales. En otro lado de la vereda, Libby se entrega a la aventura con Robert. Lester y Barbara deciden hacer juntos el recorrido de la sanación. Flo y Austin no encuentran otro territorio común que no sea la cama. ¿Más impactante que el final de la primera temporada? No, pero sí emocional y redondo.
Bill y Virginia
Con sus hijos en Europa, Virginia aprovecha el tiempo para curar a Bill. Ambos desarrollan el protocolo de un tratamiento que al cabo de tres semanas tiene al Dr. Masters dado de alta de su Impotencia, y es el primer caso tratado, único hasta ahora, con resultado exitoso. Tanto, que sueña que afuera de su casa una multitud lo aplaude mientras caen papeles de colores del cielo y en un auto presidencial lo espera Virginia vestida a lo Jackie Kennedy, avanzan y se les atraviesa Libby, enfundada en rojo, mirándolos.
Shep Tally, el relacionador público, quiere apurar la salida al aire del reportaje hecho por CBS antes de que el Dr. Kaufman publique su estudio sobre el sexo. Le muestra a Bill y a Virginia el material que saldrá por TV, a Bill no le gusta nada así que consigue el libro de su competencia, lo lee y se da cuenta de que está en mucho mejor pie para hacer público su estudio cuando a él le parezca. Mueve los hilos, hace que Kaufman salga por TV antes, sorpresa: su colaborador es Ethan (Nicholas D’Agosto), ex colega, ex de Virginia. Sorpresa dos: el cómplice de Masters en su jugada es Barton (Beau Bridges). ¿Volverán estos personajes en la tercera temporada? La gran afectada de la estrategia de Bill es Virginia. George le pide que sus hijos pasen más tiempo con él, argumentando lo demandante de su trabajo con Masters y echándole en cara su affair con él. Ella le otorga la custodia, piensa que el reportaje respaldará su trabajo y tendrá a los niños de vuelta. Cancelada su emisión, Virginia está devastada.
Austin y Flo
La cláusula “si quieres mantener tu trabajo hazme feliz en la cama” que Flo tiene con Austin sigue tal cual, es él quien muestra otro tipo de interés cuando se entera de que la familia de su jefa mantiene lazos con el mundo político la misma semana de la llegada a la presidencia de John F. Kennedy, en enero del ’61. Austin, ansioso de sacar partido de la situación, ─quiere iniciar una carrera política─ ve mancillado su ego de macho seductor, ¿en serio una mujer como Flo no quiere ser vista por su familia con un tipo como él? Ella le dice que su familia es complicada, siempre debe leer el New York Times una semana antes de verlos, cuando lo vean pensarán que es demasiado rubio, y termina con una frase para el bronce: “Las mujeres pagan mucho dinero por ese color en la peluquería”.
Libby y Robert (y Virginia)
Aires de emancipación respira Libby Masters. Su encuentro con Robert se torna en aventura cuando llega a trabajar y él mantiene la distancia, entonces no se queda tranquila y en la noche va a su casa a decirle que entiende su comportamiento en el trabajo, no así cuando estén solos. Él replica con que fue un error. Robert en bata. Libby en camisón. Sexo. Sexo esa noche, sexo otra noche. “Esto tiene que parar”, dice Robert. Libby tiene otros planes y se obliga a verbalizar lo que se estaba negando: “Sé que mi marido ha estado teniendo una aventura por años, y solía fingir que no. Y luego me enfoqué en mis hijos. Y luego te conocí, y sé que esto que tenemos, sé que lo quiero”.
Virginia le cuenta a Libby que quizás tenga que renunciar para pelear la custodia de sus hijos. Aquí la rubia se hiperventila hablando de la vida, de su vida, y concluye su discurso de aceptación: “Tal vez la clave es dejar ir los ideales, vivir la vida que tienes no la vida que pensabas que tendrías, para finalmente aceptar lo que es”.
Lester y Barb (y Bill y Virginia)
La pareja más adorable de Masters of Sex, la única sin un affair entremedio, será el primer desafío clínico de Masters y Johnson. Lester y Barbara están en una relación ─¡Ups! Sin sexo─ de lo más naíf, aunque Lester vea a Barbara desnuda ambos no pueden tener relaciones sexuales así que duermen juntos en pijama tomados de la mano, van al cine a ver “Pillow Talk”, que hace a Lester querer vomitar. Entonces, él la lleva a ver “L’avventura” de Antonioni, que hace a Barbara querer irse de la sala. “Tú querías que viera algo en la película” le dice a Lester. “Quería que nos vieras a nosotros. Una pareja real, desastrosa, complicada, pero una pareja que tiene eso”, le toma la cabeza a Barbara y la besa contra un auto.
Pero como no todo se soluciona viendo películas, y como bien le dice Bill a Lester: “El sexo es tan básico como respirar, comer. Tu cuerpo se terminará rebelando”, mientras John Kennedy hace su juramento Bill y Virginia les propone a la pareja seguir el nuevo tratamiento que los llevará a una vida plena, y con plena quieren decir con sexo en ella.
Preguntas para el final: ¿Volverá Barton y Margaret la siguiente temporada? ¿Aparecerá un joven Hugh Hefner en algún capítulo? (Esto, porque en este episodio Bill recibe una llamada del señor Playboy). ¿Podrán Lester y Barbara tener sexo? ¿Llamarán a Don Draper para hacer la campaña de marketing del estudio? Les dejo la idea, guionistas de Showtime.