Hoy recordé cuánto amaba una columna que publicaba Rtv (la revista de VTR), donde un padre separado contaba cómo había sido su proceso de compartir los tiempos de sus hijos con su ex esposa, conocer al nuevo pololo de ella y a la vez, cómo pasó gran parte de ese duelo viendo Lost, 24 y Los simpsons. La verdad es que no recuerdo si yo era grande o chica, puede que haya estado finalizando la básica o comenzando la media, pero me marcó. Me encantaba ir en busca de un comentario de algo tan ‘frívolo’ como una serie y ver una realidad detrás, alguien que contaba algo cotidiano, fragmentos de su vida sin lágrimas ni inspirando lástima, sin muchos adjetivos ni tampoco ahondando tanto. Cuando vi Togetherness sentí la necesidad de escribir algo así, no personal, pero de algo que dé luces de mi perfil sicológico o las cosas que persigo y después perdí las ganas. Culpo al verano o a la gastritis que-al fin!-estoy superando.
Hace poco, HBO confirmó la renovación de Girls y de togethernss (cada vez que escribo el nombre debo comprobar que está bien escrito, me estreso), sin embargo, nada se sabe de Looking y eso no me alegra demasiado, porque hoy vi el tercer capítulo de la segunda temporada y me encantó la simpleza pero crudeza, cómo las cosas pasan de ser las adecuadas a las incorrectas, pero, no ahondaré más en esa serie, porque no es el motivo de ésta columna. Divagué. El asunto, es que al descubrir que Togetherness tendría una segunda temporada ya asegurada, a pesar de haber comenzado hace tan solo algunas semanas, decidí verla. Mi primera impresión fue un salto temporal de la ‘saga’ (siento que esa palabra es como ‘solemne’ para nombrar a un grupo de películas algo absurdas) de ‘The Hangover’, porque Mark Duplass (Brett en la serie) y Steve Zissis (Alex) se ven un tanto desastrosos, luego de que en los cinco minutos al aire el primero intentara tener sexo con su esposa dormida sin éxito y el segundo fuera desalojado de su casa.
Posteriormente la historia grafica el matrimonio de Brett y Michelle (Melanie Lynksey) que ha postergado su amor de pareja para enfocarse en el parental, tras el nacimiento de su segundo hijo. A la vez, Tina, hermana de Michelle (una Amanda Peet por la que pasaron los años, aunque no hay que ser injustos, se mantiene bien) se obsesiona con un tipo con quien ha salido un par de veces. El tema central de la serie en cuestión es cómo el matrimonio busca estar constantemente acompañado por terceros con tal de evitarse, para evadir el hecho de que ya no se desean ni se ven de la misma manera que antes de ser padres, todo en un tono tibio, ni dramático ni de comedia.
Tengo una sensación muy mezclada y revuelta respecto a la serie, me sacó una risa en una escena que involucra a ’50 sombras de Grey’ que no ‘spoilearé’ para no arruinarle el momento a quien no haya visto el capítulo, pero luego en una escena de pseudo enfrentamiento entre las hermanas me recuerda a ‘Rachel getting married’ (película protagonizada por Hathaway del 2008) y el cómico a ‘In her shoes’ (Cameron Díaz y Toni Collette, donde se aman y se odian). A fin de cuentas, siento que en mi mente tengo extractos televisivos y cinematográficos que se activan en mi corteza cerebral al ver Togetherness, lo que no necesariamente signifique que la serie es un reciclado de cosas pasadas, sino que yo, establezco esas relaciones sin explicación alguna. Y esa mixtura de sentimientos, lleva a que encuentro ‘tibio’ el piloto, que no estoy segura de si siga o no viendo más episodios y de que mis tácticas obsesivas son las adecuadas: odio leer sinopsis de series o películas antes de verlas, prefiero llegar con la mente en blanco para enfrentarme a la pantalla.