Qué agradable es arriesgarse con una serie nueva y que no te decepcione. Mucho mejor: que te guste. Que sea tan amable en presentarte su universo. Lejos de pretensiones superficiales, que no busque ser más de lo que es. Que se presente y mantenga como un trabajo y propuesta honesta. Correctamente elaborada y muy cuidada en sus detalles, aún a pesar de sus defectos. Eso, y algunas cosas más, es para mí 11.22.63.
La adaptación de la obra de Stephen King que es traída por Hulu, y que cuenta además con J.J. Abrams en la producción, es sin duda una más que interesante oferta en la bullante industria de las series hoy por hoy. Con todo el respeto del mundo, la defino como una serie dominical. Y lo que quiero decir con aquello es que es una serie que no es exigente. Es compleja: sí. Algunos elementos tomados de la ciencia ficción, como los viajes en el tiempo, pueden exigir a más de uno, pero el tratamiento que le dan al guión, cómo lo revisten entre el arte, la exquisita fotografía y un hermoso soundtrack, hacen inevitable que el espectador se rinda ante lo que se le presenta: una historia que va de viajes temporales, drama, suspenso, thriller y romance. Una mezcla arriesgada, pero correctamente resuelta.
La serie abre con un testimonial intenso y atrapante. Tras una breve introducción a la premisa que levanta la historia, ya estamos en 1960 junto a James Amberson, interpretado por James Franco; quien, dicho sea de paso, en 11.22.63 es posible que interprete su mejor rol. En un papel que le resulta natural, Franco hace de un personaje noble, poco perspicaz, pero audaz; torpe si se quiere, pero heroico. Crece en tanto avanza la serie e interactúa con los distintos personajes que aparecen, alcanzando su punto cumbre con la aparición del personaje de la deslumbrante Sarah Gadon (también unos de los grandes descubrimientos que me deja esta serie): la bibliotecaria Sadie Dunhill. Con este personaje se termina de introducir el gran arco argumental que culminará junto con el desenlace de la serie.
El papel de Gadon es fundamental. La actriz enamora y llena la pantalla, refresca la historia logrando una intensa química con Franco. Si decía que el guión crece gracias al arte, el soundtrack y otros elementos técnicos, Sarah Gadon tiene algo que decir en esto también. Su personaje convive armónicamente con la época en la que se sitúa. Su belleza “clásica” es un gran aporte a la construcción del mundo visual y argumental. Por ella pasa gran parte de la historia y, a pesar de ciertos vacíos en su personaje desde el guión más cercanos al desenlace de la serie, esta decisión no deja de ser un acierto.
En rasgos más generales, y dicho ya lo destacable de esta producción, también es cierto que tiene sus faltas. Vacíos evidentes en la historia y personajes que poco y nada aportan. Escenas que carecen de la lógica que nos presenta el universo dramático y que pueden hacer perder el ritmo en ciertos episodios. No obstante, cada vez que aquello sucede la forma vuelve al rescate del fondo. La debilidad que presenta a ratos el guión está muy bien protegida por la pericia y talento técnico de sus realizadores (algo que podemos reconocer mucho en J.J. Abrams).
11.22.63 es una buena e interesante opción que funciona muy bien como un entremés mientras se acerca el estreno de esa serie que tanto esperas o, al contrario, para superar el final de la última temporada de tu serie favorita que ya se fue.
11.22.63, con una historia tan intensa como fugaz, se vuelve difícil de olvidar y perfecta para disfrutar, como un amor en tiempos de series.
https://youtu.be/NXUx__qQGew