«Fleabag» o la particular mirada británica al feminismo

https://youtu.be/oHk0JbAsyyo

Desde su debut en julio del año pasado, Fleabag sólo ha recogido elogios, tanto así que fue escogida en las listas de muchos críticos entre las mejores del año 2016. También apareció tímidamente en algunos premios, como los Critics’ Choice, por ejemplo. Y si te desplazaste por diversos sitios de noticias sobre series de diciembre y enero, es muy posible que te hayas topado con su póster promocional, en el que se ve a una mujer que rompe en llanto con el rímel esparcido en su rostro.

La comedia, dividida en seis episodios de poco más de veinte minutos cada uno, no tiene la grandeza que vemos en algunas producciones británicas. De hecho, es muy tímida con respecto a este punto. Quizás esta es la razón por la que no ha hecho tanto ruido como los dramas de su canal creador (BBC). Así que, para que no pase desapercibida, ahora es el momento ideal para hablar de Fleabag.

La serie, una co-producción entre el servicio de streaming de Amazon y la BBC, es una adaptación de una corta pieza creada por la actriz, directora y guionista Phoebe Waller-Bridge en 2013 y que tuvo tal éxito que decantó en una obra de teatro para, finalmente, llegar a la televisión. Después de la producción del piloto, la ficción tuvo que esperar un año y medio de negociaciones para encargar el resto de la serie y el proyecto tomó forma. Phoebe es la estrella de la serie y, además, firma el guion como creadora de todos los episodios.

Ahora entremos de lleno en la historia. La protagonista se llama Fleabag (algo así como «bolsa de pulgas») y es una joven londinense que debe administrar sola su propio café, ya que su mejor amiga, con quien fundó el establecimiento, murió poco antes en un accidente. La mejor amiga de Fleabag se llamaba Boo y descubrió que su novio la engañaba; para vengarse, decidió accidentarse con el fin de que su ex novio sintiera remordimiento. El plan era ser atropellada por una bicicleta en el carril de las bicicletas, romperse algo, hacer un montón de drama en el hospital. El problema es que no ocurrió como esperaba y terminó muerta.

Fleabag hace todo lo posible para no pensar en su amiga; para esto se aventura a través de la capital inglesa utilizando el sexo como una manera de hacer pasar el tiempo, explorar la sexualidad y las relaciones con los demás, siempre con un comentario inapropiado para hacer y su muy propia definición del feminismo. El personaje puede ser visto como un reflejo de otros personajes de varias series en los últimos años, como Lena Dunham en Girls: personajes inmaduros y con necesidad de mucha ayuda.

Fleabag y su amiga Boo

La rutina de Fleabag contempla una compleja relación con su hermana Claire (interpretada por la actriz Sian Clifford), y Martin (Brett Gelman), su extraño cuñado, que siempre deja en la habitación esa sensación de incomodidad cuando está presente. También, a veces borracha, la protagonista recurre a su padre (Bill Paterson), que vive con su madrastra y madrina de ella, interpretada por la premiada actriz Olivia Colman, recientemente premiada a un Globo de Oro por su papel en The Night Manager. Aquí se construye uno de los personajes más molestos de la serie pero, a la vez, muy interesante. Todas las escenas divididas entre ella y su problemática ahijada tienen un cúmulo de tensión y sensación de vergüenza ajena que logran ser transmitidas al espectador.

El espectador se siente parte de la historia de Fleabag en todo momento, porque Phoebe habla a la cámara todo el tiempo, característica popularizada por Kevin Spacey en House of Cards, lo que popularmente se llama «rompiendo la cuarta pared», un tema que merece un texto independiente. En Fleabag, la conversación con el público es tan natural y continua que, a veces, no son necesarias las palabras para saber lo que está sintiendo la protagonista. De hecho, hay varios momentos donde el espectador es quien desafía a Fleabag a contar más detalles de su vida, con un movimiento de cámara evidente, la creadora sabe que no sólo ella puede contar su historia, sino que el televidente no es tonto y le «exige» más transparencia a su personaje, comenzando a temer al espectador.

Fleabag es, ante todo, una serie inteligente que no sólo piensa en donde van los chistes, sino en lo que funciona para su protagonista, lo que funciona para la cámara y la mejor manera de explorar la relación con el público. La actriz se entrega y cree en cada punto de las experiencias, lo que reafirma la importancia de trabajar con una creación propia.

La trama debate de una manera muy sutil temas controvertidos, aunque nunca toma una posición autoritaria o correctiva frente a ellos. La serie no sólo habla del luto de Fleabag, sino también, aunque sea indirectamente, de la conquista femenina en nuestros tiempos y del poder de ellas para manipular las relaciones a su alrededor.

La serie cuenta con 6 episodios de 30 minutos aproximadamente cada uno, por lo que es ideal para invertir en una tarde de aburrimiento. La serie ya se encuentra en el servicio de streaming de Amazon disponible para Latinoamérica y Europa.