MADRE. Hay muchos significados detrás de estas cinco sencillas letras que componen una de las palabras más repetidas y más grandes del mundo. Desde la sobreprotectora a la descuidada, de la matriarca a la moderna, de la ambiciosa a la desconectada, cada madre es tan diferente y única como la familia que representa. Como dijo Jill Churchill, “No existe una manera de ser una madre perfecta, pero hay un millón de maneras de ser una buena madre”. A lo largo de los años, diversos personajes de HBO han encarnado la esencia de la maternidad en historias profundas, graciosas y emocionantes que nos dejan valiosas lecciones sobre sacrificio, amor, compasión, fracaso y éxito.
La miniserie de HBO Big Little Lies nos lleva a la ciudad de Monterrey, en California, donde las vidas de cinco madres se entrelazan. Protagonizada por estrellas premiadas, como Reese Witherspoon y Nicole Kidman, la trama prueba que, a pesar de algunas diferencias superficiales, como madres, estas mujeres tienen muchas características en común. La mujer de estilo alternativo y espíritu libre, la CEO poderosa, la madre que abandonó el trabajo para cuidar a los hijos y sueña con reanudar su carrera, la madre que hizo de la maternidad su único objetivo de vida y la sufrida joven madre decidida a darle una vida más feliz a su hijo tienen un rasgo en común: su amor y su instinto protector respecto a los hijos son capaces de revelar lo mejor y lo peor de cada una de ellas.
En Divorce, Frances, interpretada por Sarah Jessica Parker, es una ejecutiva que trabaja todo el día y por la noche vuelve a la vida con su marido y sus dos hijos, hasta que un día su relación con otro hombre sale a la luz y esa burbuja familiar explota. Entonces se da cuenta de que está postergando una decisión muy importante: terminar su matrimonio (y después seguir adelante y abrir una galería de arte). Enfrentar sus miedos y ponerse en acción requiere mucho coraje, y la situación lleva a que su imagen oscile entre la de heroína y la de destructora de un hogar. Hace todo en beneficio de sí misma y de los hijos, no restando mucho margen de salvación para el matrimonio desecho. Su historia muestra que nunca es tarde para luchar por los sueños y lograr lo que se quiere en la vida.
Game of Thrones exhibe dos polos opuestos en lo que se refiere a la maternidad. Cersei Lannister y Catelyn Stark no pueden ser mujeres más diferentes. Una es astuta, cruel, calculadora, la otra es honrada y bondadosa, pero las dos son intrépidas e increíblemente fuertes. Estas dos mujeres se revelan como modelos de madre en lo que se refiere a autosacrificios, son puestas a prueba todo el tiempo por traiciones y otras circunstancias, y están dispuestas a hacer cualquier cosa para vengarse de quien las perjudicó. Las lecciones que ellas nos dan son de coraje y perseverancia.
La historia de Loreen y Hannah en Girls, llena de altibajos, nos despierta compasión, nos hace reír y, sobre todo, nos provoca empatía. A lo largo de la serie, Loreen es puro amor para ayudar a su hija a enfrentar sus problemas emocionales, su narcisismo y egocentrismo, incentivándola a crecer. La historia se completa cuando Hannah también se convierte en madre y tiene que enfrentar la innegable verdad de que la maternidad es una gran prueba de sacrificio: colocar el interés del otro por encima del propio, ser un espejo cuando el hijo necesita encarar la verdad, y amarlo a lo largo de toda la vida
Carmela Soprano, de The Sopranos, es una mujer y madre dedicada dispuesta a sacrificar su propia felicidad para preservar su familia y su estilo de vida. Aun consciente del tipo de negocios que su marido tiene y atormentada por la culpa, se esfuerza porque su familia parezca normal y se mantenga estable. Pero, cuando se trata de defender a quien ama, las convenciones sociales son dejadas de lado y Carmela asume el papel de “esposa de la mafia”. Ella da siempre lo mejor de sí en cada situación y logra mantener a la familia unida.