«American Vandal» es Netflix burlándose de Netflix
Si hay algo que ha sabido hacer bien Netflix es la realización de series documentales. Desde Making a Murderer pasando por Amanda Knox y siguiendo con The Keepers, La cadena de televisión por streaming supo llevar un género que, para muchos, puede ser sinónimo de aburrimiento, pero que con historias interesantes sumado a casos complejos pudieron cautivar y llegar a muchos más espectadores.
Pero faltaba un género que también está dentro de este tipo de producciones, pero que no es necesariamente un documental en sí: el falso documental. Para los que no están familiarizados con este formato, les explico que se trata de una producción que se asemeja a una realización documental con imágenes de archivos, entrevistas y documentación… pero todo es falso, todo está fríamente calculado y guionizado, en la pantalla grande podemos nombrar a «El proyecto de la Bruja de Blair», «Borat», «REC» y hasta a «Cloverfield». Mientras que en televisión el abanico se abre con The Office, Parks & Recreation, Modern Family o Trial & Error. Todos estos ejemplos simulan ser realizaciones lo más apegadas a la realidad, pero que no son más que historias previamente escritas. Netflix no tenía un ejemplo propio para este género, hasta ahora.
American Vandal es la nueva serie original de Netflix que aborda una problemática bastante absurda desde el punto de vista documental: ¿Quién dibujó 27 penes en 27 automóviles de profesores de la ficticia escuela Hanover de California?. Desde esta premisa de desenvuelve un cúmulo de especulaciones que el falso cineasta y alumno de la escuela, Peter Maldonado, intenta desentrañar. La escuela ya tiene a su culpable: Dylan Maxwell, un joven estudiante que se la pasa dibujando penes en todas partes y haciendo bromas con sus amigos. A medida que la serie avanza, Maldonado va descubriendo una seguidilla de situaciones que no calzan con la versión entregada por el colegio y se empeña en buscar al verdadero responsable a lo largo de estos 8 episodios. La ficción se acompaña de gráficos 3D para recrear las situaciones más absurdas, además de registros de distintas redes sociales para complementar aún más la historia.
De buenas a primeras puede sonar a un pésimo intento de humor básico con un tema tan banal como el de dibujar penes. Pero la historia está tan bien estructurada y tan bien diseñada que uno realmente quiere saber quién fue el perpetrador de dicho «delito». El uso de variados recursos audiovisuales para hacer una línea cronológica es lo más destacable dentro de esta producción, un uso de los recursos que no tiene nada que envidiar a Making a Murderer, por ejemplo. De hecho la serie goza de tal nivel de realismo que, en algunos momentos, es facil olvidar que estamos viendo algo que nació de la ficción para llegar a empatizar y creernos todo lo que nos están contando.
El punto más importante de American Vandal es el de tomar un tema totalmente sin importancia para hacer un documental de la manera más seria posible. Recordemos que todo ocurre en un colegio estadounidense, por lo que, para gente de esa edad, las relaciones amorosas, las peleas y todo tipo de situaciones cotidianas toman ribetes de gran importancia. Claro, aún están en la escuela y ese es su mundo, esa es su burbuja social y de vida, son los temas que más les interesan. y American Vandal toma esa bastión que profundiza de tal manera que lo que nos pudo parecer banal en un momento, ahora nos interesa de sobremanera: saber la verdad. Ese es el punto importante y la visión que quiere reflejar esta nueva serie.
American Vandal tiene una temporada, por el momento, y se encuentra de manera íntegra en Netflix.