Estamos viviendo un momento de apogeo de las «miniseries». Cada vez más, los productos del género invaden las grillas de programación y ganan el respeto de público y crítica. Es lo mismo con las antologías. American Horror Story mostró a los ejecutivos de entretenimiento que el público podía comprar historias con arcos cerrados que podrían continuar el próximo año como atmósfera, sin compromiso de los mismos actores y los mismos personajes. Esto era bueno desde el punto de vista comercial (nadie tendría que ver todas las temporadas para empezar una serie) y desde el punto de vista artístico (muchos actores de gran escala toparían sus agendas por tener que participar todos los años en la serie). Todos salían ganando, sobre todo el público, que ver siempre nuevas historias y nuevos misterios.
El formato de las miniseries, sin embargo, sufrió el peso de la propia empatía. 13 Reasons Why, La Casa de Papel y hasta la todopoderosa Big Little Lies, nacieron para ser miniserie y terminaron perpetuadas por el propio éxito. The Sinner está en ese grupo también. La primera temporada fue vendida como miniserie, pero terminó ganando una segunda temporada. A pesar de que su historia estaba cerrada, el anuncio vino como inevitable. Bill Pullman, estrella del elenco, sirvió como puente para lo que fue recibido después como una pseudo-antología: no veríamos la misma historia, sólo al mismo protagonista. Era la desesperación comercial y artística de no abandonar estrellas que pautaba el futuro de esas producciones.
Sin embargo, The Sinner encontró su camino. En la primera temporada una mujer común comete un crimen aparentemente al azar, en un brote violento, «sin motivos». Es verdad que con el tiempo quedó claro que esa premisa se perdería en el mismo mar de recurrencias en que terminan todas las series del modelo «crimen-siendo-desvelado-durante-los-episodios». Pero, aún así, ese era un comienzo que exhalaba el mínimo de originalidad. Ahora, en su segundo año, la idea se ve reforzada cuando un niño de 11 años que está en un viaje con sus padres, sirve té envenenado para los dos en una habitación de motel. El doble y chocante asesinato es lo que nos conducirá en esta nueva investigación.
Como se esperaba, el detective Ambrose (personaje de Pullman) es el rostro familiar. Junto con él, los misterios que lo rondan todavía están en el aire. El personaje es llamado para investigar el doble asesinato, que ocurrió en su tierra natal. Sabemos, con eso, que por haber dejado Jessica Biel allí en el primer año, será el turno de adentrar el pasado sombrío del detective. En segundo plano, esta vez, está Carrie Coon, que interpreta a una mujer con una conexión misteriosa e inesperada con el caso. Los dos son la base definitiva de lo que está por venir en la temporada, que suena tan sombría y densa como la anterior. Es de destacar la interpretación que el joven Elisha Henig consigue imprimir la ambigüedad necesaria al pequeño Julian.
Las recurrencias en el mundo de The Sinner no se disfrazan. Como en todos los demás títulos del género, lo que sabemos del crimen es muy poco, lo que sabemos del sospechoso es muy poco y no debemos creer en nada de lo que nos fue contado inicialmente. Esta es la máxima de The Sinner y de todas sus series hermanas. En ese aspecto, sólo estamos acompañando al cliché vigente, que es justamente ser el anti-cliché. La seductora idea de ver a un asesino infantil en acción pronto es superada por la certeza de que «las cosas no son así». En cierto modo es un factor desalentador, ya que empezamos creyendo osada la idea de ver a un niño asesino, mientras que ya sabemos que difícilmente las cosas se confirmarán.
Sin embargo, The Sinner puede no decir las cosas más sorprendentes, pero ella sabe cómo decir lo que necesita. El clima es tenso, sombrío, la dirección es segura y los actores van creando sus campos de tensión de manera gradual y competente. Estamos ansiosos por saber lo que viene a continuación y en perspectiva, sea en The Sinner o en cualquier otra serie del género, lo que importa es eso, nuestro deseo de descubrir más pistas, más detalles, más formas de vislumbrar la verdad detrás del misterio. A pesar de ser un producto de una línea de fabricación dramatúrgica, la serie tiene todo lo que necesita para convertirse en una pseudo-antología de las más correctas y exitosas del mercado.
La segunda temporada de The Sinner está actualmente en emisión en Estados Unidos y aún no tiene fecha de regreso en Netflix.
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