[REVIEW] ‘El mundo oculto de Sabrina’: La evolución rebelde de Sabrina Spellman

Halloween está llegando y, con él, varios estrenos de terror en Netflix. Ya hablamos de The Haunting of Hill House y hoy es el turno de dedicar unas palabras a El mundo oculto de Sabrina. La nueva serie de Netflix que reimagina el origen de Sabrina Spellman (la conocida joven de la sitcom de los años 90, Sabrina, la bruja adolescente, también basada en una de las historietas de la saga de Chilling Adventures of Sabrina). Bajo el alero de Roberto Aguirre-Sacasa (creador de Riverdale), la producción trae no sólo temáticas adolescentes, sino también asuntos serios bajo un telón de fondo de magia, oscuridad y, como el nombre ya dice, un universo bastante sombrío. Tuvimos acceso a los 8 primeros episodios de la producción y te contamos nuestras impresiones.

Sabrina es una adolescente que es media bruja, medio humana, vive en la ciudad de Greendale, donde siempre parece Halloween, con sus dos tías -Zelda (Miranda Otto) y Hilda (Lucy Davis)-, dueñas de una casa funeraria, también está su primo Ambrose (Chance Perdomo), un divertido y liviano necromancer, británico y pansexual, condenado a pasar la eternidad en su casa. Al cumplir 16 años, Sabrina necesita elegir entre el mundo de los mortales donde viven sus amigas y novio, y el mundo de los brujos, de su familia, donde ella puede ser joven para siempre y tener poderes.

Bebiendo de fuentes del terror clásico como El exorcista y el bebé de Rosemary, la serie trae una cruza de Buffy, la cazavampiros y Riverdale, producción de la cual originalmente sería spin-off. Así, invierte en escenas sangrientas y un tanto espeluznantes, especialmente cuando se trata de brujería, necromancia, ocultismo y hasta satanismo.

Una de las primeras cosas que llaman la atención es la estética de la serie. La apertura inspirada en los cómics de Aguirre-Sacasa es emocionante y da el tono de misterio de la producción. La paleta de colores también denota el cambio del humor de la serie original hacia el terror, y el filtro en los márgenes de la pantalla deja claro cuando se trata del mundo de los humanos, y cuando se habla de magia. Además, los bellos escenarios hacen toda la diferencia para ambientar la producción, sea el interior de la casa de Sabrina o las escenas al aire libre en el bosque.

CHILLING ADVENTURES OF SABRINA

La serie de Netflix apuesta por el carisma de los personajes, desde la protagonista Sabrina, interpretada por la talentosa Kiernan Shipka, revelación de Mad Men; pasando por el ingenuo y tierno Harvey Kinkle (Ross Lynch, estrella de Disney Channel), en uno de sus primeros papeles como coadyuvante; hasta el gato Salem (que no habla mucho, pero actúa bastante como un protector de Sabrina) y las divertidas tías Zelda y Hilda, interpretadas por las actrices Miranda Otto y Lucy Davis. Las dos se roban la escena cuando aparecen, una más fría y severa, la otra más preocupada y cariñosa, con una relación bien desarrollada, que bordea referencias a Caín y Abel, y Jekyll y Hyde. Cómo es el caso de que Zelda mata a Hilda por no estar de acuerdo con lo que habló, la entierra en el jardín y espera que ella vuelva a la vida horas después para seguir sus reclamos.

Entre los puntos altos de la producción están su carácter crítico y de empoderamiento femenino, muy presente en el personaje de Shipka. Susie (Lachlan Watson), una de las amigas humanas de Sabrina, por ejemplo, sufre bullying en la escuela por ser no popular; animando a la bruja a defenderla y a crear el club WICCA en favor de los derechos de las mujeres en la escuela. En el lado «mágico», la producción cuestiona cómo determinada religión tiene reglas que «obligan a sus miembros a hacer cosas en nombre de un dios (o, en el caso, diablo)» e incluso juega con el juego de ser «sacramentos profanos» (unholy, en inglés), en vez de sagrados (santos), aquellos practicados en la Iglesia de la Noche. En el momento en que una bruja le dice a Sabrina que debe elegir entre libertad y poder, pues el «Dark Lord» no quiere que ella tenga los dos, después de todo el sí puede debido a que «él es hombre».

El mundo oculto de Sabrina aborda una gama enorme de temáticas y nichos al mismo tiempo, transitando entre humor, terror y el universo de series adolescentes. Veremos si el final de la primera temporada logran encarrilar mejor este camino. Una cosa es cierta: misterios y vueltas han dado un sabor estimulante. El futuro parece prometedor, especialmente considerando que la serie ya ha sido renovada para un segundo año, grabado simultáneamente junto con su primer año.

El mundo oculto de Sabrina está disponible en Netflix.