[REVIEW] ‘After Life’: Ricky Gervais y una nueva mirada a la depresión y el suicidio

Esto no es lo que esperábamos. Y así es como Ricky Gervais demuestra, una vez más, que es uno de los autores británicos más brillantes del siglo XXI. After Life, que ya se estrenó en Netflix, es una comedia depresiva, increíblemente negra… y alegre.

Hay que decir que cuando supimos que el comediante inglés desarrollaría una serie sobre la muerte en la plataforma americana, nos imaginamos una nueva sátira cínica, burda y divertida. Una comedia vulgar, que iría mucho más allá de las fronteras de la incorrección política, como su espectáculo Humanity o sus otras series (Extras, Derek, The Office…). Pero nos equivocamos, Ricky Gervais intentó algo totalmente diferente.

After Life cuenta la dolorosa historia de un viudo de cuarenta años que vive en una pequeña ciudad inglesa y trabaja para el periódico gratuito local. Tony (Gervais) acaba de perder a su esposa, de la que estaba locamente enamorado. Sin ella, no ve ningún sentido en continuar su vida. Pero como su perro sigue ahí, y tiene que alimentarlo, Tony no puede quitarse la vida. Teniendo en cuenta esta siniestra idea de que acabará suicidándose de todos modos, decide hacer lo que le gusta y decir lo que piensa a todo el mundo.

La premisa inicial, magistralmente sombría, se corresponde perfectamente con el estilo de Gervais. Excepto esta vez, Ricky Gervais no va a usar su genio creativo para hacernos reír, sino para hacernos llorar. Porque After Life es sobre todo una serie oscura, sobre el luto, sobre la muerte y sobre lo que hacemos con la vida. Rara vez, de hecho, se había hablado del suicidio y la depresión de esa manera en la televisión.

Utilizando los códigos de la comedia negra, Gervais firma una macabra epopeya que se convierte inesperadamente en un drama impactante. Seguimos con increíble empatía la evolución de este pobre hombre, que intenta lo mejor que puede para recuperar el gusto por la vida. La transición de Tony, a lo largo de los seis episodios de la primera temporada de After Life, es ciertamente un poco predecible, pero no por ello menos emocionante. Durante las tres horas de la serie, lo escuchamos filosofar y meditar sobre el sentido de la vida, a través de encuentros tan conmovedores como improbables (con un drogadicto, una prostituta, sus compañeros, su viejo padre….).

Desafortunadamente, al tirar de la cuerda dramática, Ricky Gervais luchó por inculcar la variación cómica que claramente estaba buscando. A pesar de los chistes que van y vienen, a pesar de las réplicas aún asesinas del actor, After Life nunca es realmente hilarante. A veces divertido, a veces mordaz (¡el bebé Hitler no tiene precio!), pero la serie se inclina mucho más hacia lo trágico. Estábamos bastante acostumbrados a las bufonadas con él. Pero al final, Ricky Gervais va más allá y para bien.

¿Dónde ver After Life?

La serie está disponible en Netflix