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[REVIEW SEGUNDO EPISODIO ESPECIAL] ‘Euphoria’: El magistral monólogo de Jules

No podemos más que empezar nuestra crítica del segundo episodio especial de Euphoria con un pensamiento que poco a poco se fue abriendo paso hasta el final de los créditos, cuando conseguimos recuperarnos del torbellino emocional que nos regalaron estos cincuenta minutos (una vez más): si ocurre una vez podríamos llamarlo milagro, pero si ocurre dos veces seguidas, entonces estamos ante calidad y talento.

Hace apenas un mes, la serie de HBO regresó a nuestras pantallas con el primero de los dos episodios especiales, para servir de puente a la pospuesta segunda temporada del drama adolescente sin filtros, El primer especial pudo haber sido un caso excepcional, la clásica mosca blanca que destaca y se hace memorable, si no fuera porque, aún hoy, al final de una hora pasada en compañía de Jules (Hunter Schafer) y sus pensamientos, sentimos que hemos asistido a una confirmación. De escritura, de puesta en escena, pero sobre todo de actuación.

Jules es la otra cara principal de Euphoria, si podemos hablar de personajes principales. Está claro que los personajes interpretados por Zendaya y Hunter Schafer son el corazón de la serie, a pesar del carácter coral de la historia. Y es precisamente a Jules a quien está dedicado este segundo especial. Retoma los elementos estilísticos y la dimensión íntima del primer especial: dos personas en una habitación (una elección al menos forzada por las circunstancias, el rodaje tuvo lugar en 2020 con todas las limitaciones que conocemos) y un largo diálogo que no sólo continúa la historia principal, sino que retoma los hilos que profundizan en la psicología del personaje principal. Sin embargo, hay algunas diferencias importantes que distinguen este episodio del anterior. La primera (y más importante) es la estructura de la historia: mientras que Rue pudo enfrentarse a Ali, su padrino, creando una verdadera conversación, aquí el protagonismo es casi exclusivo de Jules que, durante una sesión con su psicóloga, tiene la oportunidad de contar lo que siente y lo que ha vivido.

El resultado es un episodio mucho más arriesgado que el anterior, porque se basa en un pacto mucho más frágil con el espectador, igual que el personaje de Jules es más frágil aunque quiera darse un retrato de «dureza». El trabajo de Sam Levinson y de la propia Hunter Schafer, aquí coguionista y productora, es quitar las capas, los ropajes, las representaciones que Jules hace de sí misma para desnudarla. Por ello, muchos de los comportamientos inexplicables y un tanto repentinos que se ven en la primera temporada adquieren aquí una explicación y una justificación, teniendo en cuenta que -no hay que olvidar- estamos hablando de adolescentes y de los problemas que llevan a cuestas.

Al final de estos dos episodios, la expectación por la segunda temporada es ya incontenible. El gran mérito de estas dos horas especiales fue no sólo hacer avanzar, aunque ligeramente, la trama general, sino hacerlo a través de una profundización psicológica de la pareja principal de personajes que enriquece los ocho episodios anteriores. Dan ganas de volver a empezar, con esta nueva conciencia, y ver la serie desde otra perspectiva más clara. Y, seamos sinceros, es difícil contener la emoción de saber cómo continuará la relación entre Rue y Jules.

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Sin duda estamos hablando de una serie que ahora se enfrentará a un reto aún mayor, que es el de confirmar la gran calidad mostrada hasta ahora y mejorar esos pequeños fallos que un drama adolescente inevitablemente conlleva. Pero está claro que será el propio espectador el que elija dar el peso adecuado a las distintas características de la obra.

Lo que sí es cierto es que Euphoria es capaz de golpear y conmover, de mover una jaula de sentimientos que muchas veces preferimos mantener cerrada. Al igual que Rue lo hace con Jules, capaz no sólo de mirarla (encontrarla frente a sus ojos), sino también de verla (es decir, ir más allá de una simple mirada y ser capaz de entenderla). Y quizá sólo empatizando con estos personajes, tan rotos y fragmentados, seamos capaces de recomponer las fracturas que muchas veces, sin darnos cuenta, nos dividen.

¿Dónde ver Euphoria?

La serie está disponible en HBO GO y HBO On Demand