[REVIEW] ‘Archive 81’ (Netflix): Extrañas cintas de video
Comenzamos nuestro review de Archive 81 con lo siguiente: no encontrarás ningún spoiler en nuestro análisis. Está bien decirlo de entrada, porque nunca antes el sentido de la historia había estado en el misterio que, durante las casi ocho horas de historia, el protagonista Dan (y el espectador con él) tendrá que desentrañar y resolver. Un misterio que a veces avanza, a veces se retuerce sobre sí mismo y corre el riesgo de convertirse en un oscuro laberinto donde la realidad y los sueños se confunden y se manifiestan juntos. Un misterio que parece trascender incluso a la propia serie, a caballo entre el terror, el found footage, la fantasía y la ciencia ficción, dando lugar a un extraño híbrido que, en sus mejores momentos, tiene un fuerte impacto y atmósfera. Partiendo de la fascinación por ese mundo analógico que ahora parece lejano, hasta una reflexión sobre la mirada a la pantalla y la pasión por las historias.
Estamos en 2019. Dan es un joven archivero apasionado por el vídeo que, gracias a su talento para restaurar viejas cintas magnéticas, es contratado por una misteriosa empresa dirigida por un hombre llamado Davenport para un trabajo especial. Tendrá que restaurar un viejo archivo de cintas de vídeo, situado en un almacén alejado de la ciudad, encontrado por casualidad y salvado de un incendio que no sólo provocó el derrumbe de un edificio de apartamentos, sino también la pérdida de todos sus habitantes. Entre ellos estaba la joven estudiante Melody, autora de las cintas de vídeo. En 1994, Melody, en busca de su madre biológica, decide investigar a los habitantes del edificio Visser para su tesis doctoral. Pronto descubre, además de los eclécticos y a su manera inquietantes residentes, extraños sonidos procedentes del vestíbulo central del edificio. Como voces en la oración, un canto misterioso. Toda su investigación quedará registrada en unas cintas de vídeo, las mismas que Dan, después de un tiempo, está restaurando. Pero el clima de soledad y el inquietante material que se ve obligado a ver, día tras día, le harán vacilar. Especialmente cuando encuentra una figura familiar en el vídeo: su padre.
Como hemos podido adivinar por la breve sinopsis, Archive 81 se desarrolla en dos dimensiones temporales: el presente, donde el espectador adquiere el punto de vista de Dan, y el pasado, donde la protagonista es Melody. Esta elección es, en principio, muy original, ya que el argumento de Melody parece desarrollarse únicamente a través del visionado de cintas y filmaciones amateur de la chica, en la tradición del found footage. Incapaz de mantener esta clara división, la serie pronto alterna los acontecimientos a través de un punto de vista más externo, extrayéndose del ojo de la cámara de la mujer y canonizándose estilísticamente. Este es el primer corte claro que se produce en la serie, que tiene un único objetivo: estirar el misterio lo máximo posible, dejando al espectador constantemente intrigado, y jugando con los giros, llegando incluso a confundir a su audiencia.
El final de la serie parece dejar la puerta abierta a una segunda temporada, pero ¿a qué precio? A lo largo de los ocho episodios, a pesar de algunos buenos momentos y algunas valiosas elecciones estilísticas (las introducciones que parecen sacadas de viejas cintas de vídeo son irresistibles), la trama parece caer cada vez más en pistas mucho más canónicas de lo esperado. Las respuestas a las distintas preguntas, más que sorprender, parecen satisfacer el deseo del público de una zona de confort. Los propios personajes alternan entre momentos en los que parecen ingenuos y otros en los que sus rasgos de carácter cambian, sólo para continuar la historia con cierta facilidad. El enigma pierde su encanto y su fuerza, e incluso la idea original de las cintas de vídeo a restaurar se vuelve cada vez más marginal. El argumento del pasado dedicado a Melody adquiere cada vez más tiempo de pantalla en comparación con el presente, desequilibrando la historia y careciendo de los diálogos que, en cambio, estaban presentes en los primeros episodios y hacían la serie bastante intrigante. Ni siquiera el plano final parece brillar de originalidad, tan previsible como una cinta que, llegada al final, está destinada a rebobinar.
Archive 81 parte de una idea original y acertada y, gracias a una funcional puesta en escena, consigue catalizar la atención del público, en busca de una resolución de misterio. Sin embargo, cuanto más avanza la trama, más desequilibrada se vuelve la serie, amontonando situaciones límite e intentando complicar, alargando, una historia no tan profunda como podría parecer. Quedan algunos momentos y chispas de creatividad.
¿Dónde ver Archive 81?
La serie está disponible en Netflix.