[REVIEW] ‘Landscapers’ (HBO): Un asesinato distinto
Tenemos que hablar de cine si nos referimos a Landscapers, a pesar de que la dirigida por Will Sharpe es una miniserie de cuatro episodios. El cine como contenedor de historias y como filtro para interpretar la realidad. Como le ocurre a Susan Edwards, fan de las películas de Gary Cooper. Y como sucede a través del lenguaje de la miniserie producida por HBO. Casi como si fuera una costilla de Fargo, incluso Landscapers, al principio del primer episodio, nos recuerda que lo que vamos a ver es una historia real. Lentamente, el adjetivo se disuelve, transformando la frase en una más lacónica: «Esto es una historia». Una historia, pura y dura. En este crimen sin atención real al desenlace (lo conocemos desde el principio a través de un pie de foto que nos informa de que los dos protagonistas cumplen 25 años de cárcel, aunque siguen considerándose inocentes), asistiremos a una historia llena de horror y tristeza, pero filtrada a través de un estilo de comedia, a veces alienante, pero sin duda original. Al contar la historia del Sr. y la Sra. Edwards, Landscapers juega con los géneros, el cine, la ficción y la realidad. Todo se convierte en un cuento, todo se convierte en una historia.
La historia se basa en un caso real de asesinato que tuvo lugar en Nottinghamshire en 1998 y que permaneció sin resolver durante al menos una década. Susan y Christopher Edwards son una pareja, marido y mujer, que recientemente han vivido en Francia. Están increíblemente enamorados, casi simbióticos, y esto les da fuerza para superar el difícil momento que atraviesan. Sin dinero, aunque a Susan le gusta gastar mucho en recuerdos de películas clásicas de Hollywood, viven en un piso destartalado, a la espera de que Christopher encuentre un trabajo. No es una tarea fácil, ya que el insuperable problema del idioma francés parece desgastarlo e impacientarlo. Tras otra entrevista fallida, Christopher lo intenta todo y llama por teléfono a su madrastra Tabitha para pedirle un préstamo. Sin embargo, tiene que revelar el motivo de su viaje a Francia, ya que obviamente confió en la persona equivocada. Tabitha llama inmediatamente a la policía inglesa porque, según acaba de saber, la pareja ha huido de Inglaterra tras enterrar los cuerpos de sus padres en el jardín de su antigua casa. Se abre el caso y se les obliga a volver a casa para colaborar con la policía: para ellos, se trata de un malentendido y se declaran inocentes. No tendrán que inventar historias, sólo contar la verdad.
Landscapers juega con el espectador y su percepción de los acontecimientos, filtrando y superponiendo, en un juego metatextual y posmoderno, las historias de los dos protagonistas a los detectives que los interrogan. Al igual que las películas que apasionan a Susan y Christopher, su historia es una caja de perspectivas, donde los hechos se transforman en acciones macabras o en desagradables coincidencias según el oyente. La verdad adopta muchas formas, pues, y la dirección de Will Sharpe está plagada del placer de contar historias. Lejos de ser un mero testimonio de un hecho realmente ocurrido, Landscapers hace que todo sea ficticio: desde los decorados esenciales hasta las citas de películas de Hollywood, desde el uso del blanco y negro hasta los fundidos cruzados, desde los filtros de color hasta una dimensión teatral para escenificar literalmente el testimonio.
A través de este ojo ficticio, todo se convierte en dramaturgia, todo se convierte en historia, dejando los testimonios reales durante los créditos finales, como demostración de algo que sólo encuentra espacio al final, cuando la ficción ha terminado. Tanto si se desarrolla en la cabeza de los protagonistas como si es una historia en imágenes destinada al espectador, Landscapers reflexiona sobre la propia naturaleza del cine y la televisión, sobre la empatía ligada a los personajes y el papel del espectador. Y así es como una tragedia con giros oscuros y judiciales encuentra una nueva dimensión, más ligera, más atractiva, más conectada al amor.
Landscapers nos ha parecido interesante, más a nivel teórico que a nivel puramente narrativo. Jugando con el espectador, con el lenguaje cinematográfico y con la voluntad de convertirlo todo en una historia de ficción, el caso basado en un suceso real de un doble asesinato se transforma en un relato visual esencial y provocador, quizás incluso demasiado. Olivia Colman y David Thewlis forman una pareja protagonista magistral, perfecta para arrastrar al espectador a este crimen atípico de bordes difuminados, en el que la atención se centra más en el poder de las historias y en la perspectiva de escucha del espectador.
¿Dónde ver Landscapers?
La miniserie está disponible en HBO Max.