«Descubrí que era mucho más Lesbo que la isla griega«, quien pronuncia estas palabras es Rebeka (Claudia Salas), que, como vimos en la cuarta temporada, había mostrado predilección por las chicas, uniéndose a la recién llegada Mencía (Martina Cariddi). La relación entre ambas sigue siendo el eje de la quinta temporada, de la que hemos visto los primeros episodios. Pero lo que queremos decir de entrada es que las series españolas tienden cada vez más a golpear, a escandalizar, tanto con el lenguaje explícito como con las situaciones escabrosas. Si situaciones de este tipo han existido siempre, pero eran funcionales a una trama cuyo motor eran las «reglas de la atracción», que conducían a traiciones y crímenes, aquí parecen ser el motor de la narración, que procede precisamente por acumulación de escenas calientes.
Ari (Carla Díaz) aún está en shock por haber arriesgado su vida en Año Nuevo, que fue el centro de la temporada pasada. Su relación con Samuel (Itzan Escamilla) continúa, pero parece estar en una fase de cansancio. Pero, ¿está Samuel realmente interesado en ella, o en el hecho de que su padre, Benjamín, el nuevo director general del colegio Las Encinas, parece poner sus ojos en él, y convertirse en ese padre que nunca tuvo? Como te contamos, Mencía (Martina Cariddi) y Rebeka (Claudia Salas), sin duda atraídas, rompen y vuelven a estar juntas, entre despechos y celos. Patrick (Manu Ríos), hermano de Ari y Mencía, se siente atraído por un chico nuevo que ha llegado al colegio, hijo de un famoso futbolista portugués (¡!), pero que también parece sentirse atraído por Ari. Omar (Omar Ayuso), que comparte trabajo y piso con Samuel, conoce a un refugiado llamado Bilal y planea ayudarle. Todo esto mientras Phillippe (Pol Granch), de alguna manera todavía vinculado a Cayetana (Georgina Amorós), es acusado de violación por una chica en un vídeo.
Las escenas de lucha de clases en Las Encinas se desvanecen. Y, siempre que el guión de Élite intenta aportar algún elemento de actualidad a la serie, lo hace de forma superficial. Por ejemplo, Bilal, el emigrante que entra en la vida de Omar: lejos de reflexionar sobre el tema, acaba convirtiéndose en un elemento más de la vida amorosa del personaje. O bien: en el episodio 1 se habla de evitar las reuniones, del distanciamiento social, pero no hay ninguna referencia directa a Covid, sino sólo el enésimo intento de Benjamín de controlar a los alumnos de Las Encinas de forma cada vez más dura. Al igual que la llegada de Isadora, una influencer con millones de seguidores, nunca llega a ser un reflejo en las redes sociales.
Élite fue una serie que tenía su propia vitalidad y sensualidad que ahora se ha vuelto mecánica. Y un formato que se basaba en el drama adolescente tipo Riverdale con una fórmula de misterio de asesinato se está moviendo cada vez más hacia lo que puede haber sido siempre: una telenovela.
¿Dónde ver Élite?
La serie está disponible en Netflix.
