La primera temporada de la serie de ciencia ficción de Ridley Scott nos había impresionado mucho, a pesar de algunos pequeños fallos de desarrollo, teníamos curiosidad por ver cómo evolucionaba la historia tras el final con el que nos dejó el año pasado. Por fin ha llegado el momento, con la llegada de los nuevos episodios, que permiten al público continuar este fascinante viaje de reconstrucción, exploración y conflicto, entre dos bandos de una humanidad que sólo puede repetir sus errores, incluso una vez lejos de su planeta natal.
Antes de sumergirnos en la dinámica de Raised By Wolves 2, creemos que debemos resumir brevemente lo que vimos en el primer ciclo de episodios disfrutado el año pasado: comenzamos con Madre y Padre, enfrascados en una labor de reconstrucción de la humanidad, dedicados a un nuevo comienzo en Kepler22-b, un planeta aparentemente deshabitado y árido. Nacida como una letal máquina de matar, Madre ha sido reprogramada para mantener a salvo a su generación, pero el contraste entre su naturaleza robótica y otra madre humana, María, deja clara otra intención de la serie: el conflicto entre lo humano y lo artificial, paralelo al que existe entre la religión y el ateísmo, la ciencia y la fe, de los supervivientes que llegaron a Kepler22-b.
El campamento de Madre y Padre no es el único bastión de la raza humana en el planeta, un entorno hostil que ha puesto a prueba a sus habitantes a lo largo de la primera temporada y que la serie ha dibujado cuidadosamente para crear el contexto ideal en el que mover a sus personajes. Hasta ese cliffhanger con el que nos dejó, con un ser monstruoso y con aspecto de serpiente parido por la Madre, un pozo aparentemente sin fondo al que saltar para una misión suicida y el origen de las visiones de algunos de los protagonistas aún por descubrir.
La temporada 2 de Raised by Wolves retoma el final de la temporada anterior, con Madre y Padre sobreviviendo y acabando en una zona poblada por la colonia atea, donde las decisiones son tomadas por una máquina llamada Trust, que asigna tareas diarias a todos los miembros del Colectivo y decide el destino de la comunidad mediante un algoritmo. Este cambio es bien recibido por Madre y Padre, que se alegran de tratar con alguien que se guía por la razón y no por la fe ciega. Pero el impacto inicial está destinado a cambiar cuando las decisiones que se toman conciernen a sus propios hijos, y adquiere matices mucho más complejos cuando se trata de gestionar el destino del ser conocido como Número 7, la serpiente que la madre parió y no tuvo fuerzas para matar nada más nacer.
Los primeros compases de Raised by Wolves 2 restablecen una situación similar a la de los inicios, pero no por ello se repite, ya que el nuevo contexto hace que la comunidad atea se vea influenciada y reconfigurada respecto a la dinámica vista anteriormente. En cualquier caso, el conflicto entre opuestos en diferentes ámbitos al que hemos aludido, religioso frente a ateo, fe frente a razón, humano frente a artificial, vuelve a repetirse, pero resulta intrigante la fluidez con la que se aborda la pertenencia a un polo y no al otro y cómo evolucionan y se abordan los enfrentamientos en esta nueva temporada.
En definitiva, la serie no descansa en el trabajo ya realizado en el pasado, demostrando estar inmediatamente centrada en llevar adelante la historia, a pesar de un par de elecciones de montaje que parecen menos acertadas, y continúa desarrollando el discurso ya establecido, añadiendo nuevos personajes, profundizando en la nueva localización de la zona tropical y el inquietante mar ácido que la rodea, sugiriendo información sobre la religión mitraica y el planeta en el que se mueven los protagonistas, a la espera de afrontar los misterios aún por descubrir y las respuestas a las preguntas ya introducidas en la primera temporada.
¿Dónde ver Raised By Wolves?
Las dos temporadas de la serie están disponibles en HBO Max.