El auge de las series coreanas, o K-dramas, ha sido notable en los últimos años, especialmente en Occidente. Con títulos como Squid Game, All of Us Are Dead, Business Proposal y The Glory acumulando millones de horas de visualización en todo el mundo, se ha convertido en un fenómeno cultural en constante crecimiento.
Además de su calidad visual y su marketing efectivo, hay elementos que explican el éxito de estas series en Occidente. En primer lugar, su tratamiento frontal de temas sociales críticos como la desigualdad, la corrupción, el acoso escolar, el endeudamiento y la competencia extrema. En Corea del Sur, país que ha experimentado la colonización, la hambruna, la guerra y una rápida transformación económica que ha agudizado las desigualdades, estos temas tienen una relevancia especial.
Las series coreanas se caracterizan por su crítica directa y sin rodeos del capitalismo moderno y su ideología de la competitividad. Por ejemplo, Squid Game se centra en la competición a muerte como una metáfora de la vida real, donde muchos jugadores ya están endeudados de por vida. All of Us Are Dead muestra cómo la educación fomenta el egoísmo, la envidia y la ambición, y la necesidad de que los estudiantes se apoyen mutuamente para sobrevivir.
Otra razón del éxito de las series coreanas es la normalidad de sus personajes. A diferencia de las series estadounidenses, donde los protagonistas suelen ser superhéroes o estar desconectados de la realidad, los personajes coreanos son más realistas y cercanos a la vida cotidiana. Esto crea una conexión emocional más profunda con el espectador.
En términos de amor y masculinidad, las series coreanas también ofrecen una visión diferente a la de las producciones occidentales. A menudo, combinan la vida moderna con la mitología tradicional del país y fomentan valores como el respeto a los mayores, la colaboración y el optimismo. La representación de la masculinidad y el amor también es diferente, con un enfoque más íntimo y emocional, en lugar de centrarse en el héroe que salva el mundo.
Por último, las plataformas de streaming han proporcionado una mayor libertad creativa para los autores coreanos, lo que les permite abordar temas sociales y políticos de manera más directa y crítica. La combinación de estos factores ha creado un universo de series coreanas que conectan emocionalmente con el público occidental y abordan temas de interés universal.