GLOW: las (casi) magníficas damas de la lucha libre

Después de buenas actuaciones en Community y Mad MenAlison Brie vuelve al centro de atención como protagonista de GLOW (siglas de Gorgeous Ladies of Wrestling), nueva serie de Netflix sobre el mundo de la lucha libre femenina en la década de los ’80. La producción de la serie está a cargo de Jenji Kohan, creadora de Orange Is The New Black y Weeds, quien por sí misma alimenta algunas expectativas positivas sobre la serie.

La trama gira en torno a Ruth, personaje interpretado por Brie, una mujer frustrada con una carrera de actuación que nunca despega, lo que permite que su inseguridad pase a sus relaciones afectivas. La primera escena de la serie es, curiosamente, una de las mejores de toda la temporada: Ruth está en un casting, lee un texto potente y, después de agradecer haber sido llamada para un personaje femenino tan fuerte, se da cuenta de que estaba leyendo las líneas del personaje masculino por error. Una apertura emocionante que termina causando que el desarrollo de Ruth sea algo decepcionante por sobre otros personajes mucho más interesantes con el pasar de los episodios.

La protagonista tiene dos ejes en la trama: su viaje para convertirse en una actriz reconocida y su conflictiva relación con su ahora ex mejor amiga Debbie, interpretada por Betty Gilpin. El único rastro bien desarrollado en la personalidad de Ruth es su inseguridad casi patológica, resultado, en parte, de una autoestima socavada por el desprecio profesional. Ruth lucha para pagar las cuentas y sufre por las pocas oportunidades en trabajo mediocres y las complicaciones por sus elecciones amorosas. Esta es la premisa que asegura la humanidad de la protagonista: no es simplemente alguien que acierta o pierde, sino alguien, en el fondo, falible como todo ser humano, en mayor o menor medida. La relación entre Ruth y Debbie orbita alrededor de la infidelidad del marido de Debbie, Mark, con Ruth, un tema extremadamente físico e intelectualmente interesante, desde el primer al último episodio.

Debbie sí tiene los mismos problemas de los otros personajes: la falta de profundidad. Es como si las mujeres de la trama (y los hombres también) tuvieran sólo una o dos características que resumen su personalidad y basan toda su conducta en esos puntos.

El gran mérito de la serie acaba por reducirse a lo visual: no se puede negar que el vestuario, el maquillaje y el pelo GLOW son muy emocionantes. Netflix vuelve a apostar por los entusiastas de la década de los ’80 (algo que trabajó con producciones como Stranger Things): los bodies, los pantalones de talle alto, calzas a la cintura y el volumen del cabello cargado al spray. La banda sonora también es interesante, con nombres como Journey, Roxette, Pat Benatar, Queen David Bowie, quienes protagonizan momentos importantes de la trama.

Alison Brie y Betty Gilpin hacen un buen trabajo con el material que tienen a mano (el problema no es el rendimiento de ellas, sino el guión). Lo mismo pasa con Marc Maron, quien interpreta Sam Sylvia, un tipo que puede ser extremadamente desagradable, pero cumple su papel en la presentación de la parte humana de un director ególatra, frustrado por la falta de reconocimiento, obstinado y autoritario. A pesar de que es un reflejo de un tipo anticuado de hombre, Sam tiene buenas intenciones, incluso cuando la ejecución de sus ideas es mala. Su propuesta para poner a las mujeres a «luchar contra sus propios estereotipos» funciona muy bien en su mente, pero es un desastre en la práctica.

Mucho más que una serie de lucha libre, GLOW es una serie crítica sobre el enorme machismo que sufren las mujeres en los ’80. La serie habla de matrimonios abusivos, con mujeres que abandonaron el mercado de trabajo y la satisfacción personal, y que ven una redención en la competencia de entornos femeninos. La serie reúne a un grupo diverso de mujeres que accidentalmente se sumerge en el universo de la lucha libre, un tipo de lucha coreografiada y dramática (una telenovela, como se dice en la misma serie) que tuvo mucho éxito en la televisión a finales del siglo pasado y que, nuevamente, comienza a estar en boga. Ahí, acaban de descubrir una fuerza que nunca pensaron tener y el resultado es una hermosa lección de trabajo en equipo. GLOW termina siendo una serie divertida y recomendable para pasar el rato… pero nada más.

https://www.youtube.com/watch?v=e9cQhjmywPs