No ha pasado ni un mes y esta serie ya está dando más que hablar que cualquier estreno prime de una network en Estados Unidos. Euphoria es el último estreno de HBO. Luego del final de Game of Thrones el canal de cable se armó con una parrilla programática potente para enfrentar el resto del 2019 y este es uno de sus caballitos de batalla.
Euphoria nos cuenta sobre la vida adolescente de hoy en día. En esta historia seguimos a Rue, interpretada magistralmente por una de las actrices revelación del último tiempo, Zendaya. Alguien que no se quedó solo en las canciones de Disney, no se quedó en los tiempos de los “influencer”, de la popularidad de Instagram, y que aquí demuestra que no es solo followers, es talento puro y trabajo. Rue es una chica de 16 años que viene saliendo de rehabilitación de drogas, y que tiene que enfrentar como sobreponerse a tal “popularidad” en su colegio, mientras sus compañeros ya no sufren solo de bullying, de padres estrictamente restrictivos, o de presión sobre sus futuros. Esa temática usada en muchas series adolescentes, en este caso es un caramelo, en comparación con los problemas que los personajes sufren acá.
Esta serie nos habla de problemas reales, de los que no nos cuentan las otras series. Lo que los matinales no hablan en nuestra televisión. De las cosas que no pasan en este país según la TV y que solo se quedan en esas conversaciones de cuando la gente habla bajito y mira de reojo por si viene alguien. Estas cosas no pasan acá porque no las queremos ver. La transexualidad, la adicción de drogas en menores de edad, el abuso a menores de edad. Esto ya no es Gossip Girl y alguien que hace ciber bullying, esto es real. Duro, a la vena, directo y sin anestesia para que de alguna vez por todas el público entienda que por más “conectados” que nos creamos con redes sociales, con el celular pegado a la mano, con el whatsapp constante, estamos más desconectados de lo que de verdad pasa. No tenemos idea que a los niños que están en el colegio estas cosas de verdad le están pasando.
De vez en cuando son necesarias estas series para hacernos ver lo horrible que es la sociedad, lo mal que mucho estamos. Lo ciego que estamos y lo cara dura que somos al decir que todo está bien.
Euphoria es la de los planos secuencia imposibles, a los Orson Welles donde uno se pregunta “¿Como mierda hicieron eso?”. Movimientos de cámara impetuosos que te generan el vértigo necesario para seguir el rumbo a una historia de la cual no nos sentimos orgullosos.
Esta es la serie de las sombras, contrastes y contraluces que no solo se pueden ver tras el lente de una cámara muy protagonista, sino que además se pueden oler en cada personaje que entra en escena. Los tonos flúor, la penumbra y los detalles hacen de esta serie una joya audiovisual que se está perdiendo por que muchos solo se quedan en lo difícil de digerir que es. Abran los ojos, analícenla, véanla con la mente abierta que nos merece un 2019 de cambios. Donde las temáticas de control se actualizaron a unas mas crudas pero igual de reales que las de hace 10 años atrás.
Esta serie es un fiel reflejo a nuestra sociedad, a lo egoísta, a lo adictivo, a lo vulnerable que podemos ser cuando estamos solos, cuando estamos desconectados, cuando solo necesitamos a alguien que nos diga “Aquí estoy”. Por otro lado esta, también es la serie de hacernos creer que si bien por encima todo puede llegar a ser oscuro, confuso, y deprimente, siempre aparecen los colores vivos. Los colores azules se opacan de forma tenue con personajes más cálidos, con el blanco que aparece misteriosamente de formas inesperadas. Con arquetipos interesantes como Jules, que tienen una nueva historia que contar. Una nueva mirada a una historia desgastada, que sin duda generará una vuelta original a una trama que hemos escuchado mil veces, pero que nunca hemos puesto atención.
Euphoria es trastocada, retorcida y completamente real. Es uno de los mejores estrenos del año y se emite todos los domingos por HBO.