[REVIEW] Buscando al niño interior en ‘Love and Anarchy’

Es la segunda producción original de Netflix en Suecia (después de Arenas movedizas), la serie Love & Anarchy aterrizó en la plataforma el 4 de noviembre. Aunque cumple con algunos códigos específicos del subgénero angloamericano de la comedia romántica, muy popular en esta temporada de fiestas estivales, Love & Anarchy se destaca por su audacia y modernidad.

La historia tiene lugar en Estocolmo, y presenta un romance de oficina muy poco ortodoxo entre Sofie (Ida Engvoll), una mujer (ambiciosamente trabajadora) casada de treinta años con hijos, y uno de sus colegas, Max (Björn Mosten), un informático de veinte años que vive con otros compañeros de habitación. Desde el primer episodio, está claro que la serie de Lisa Langseth (tanto escrita como directora) pretende romper las reglas de la propiedad mostrando lo que nunca vemos, o vemos muy poco. Su heroína, una superconsultora al estilo americano se masturba en su baño, durante el desayuno con su marido e hijos. Y es su práctica masturbatoria, repetida en la editorial donde trabaja (aunque creyendo que está sola), la que pondrá su vida patas arriba. Sorprendida por Max, es en un primer momento víctima de un breve chantaje del joven, que finalmente les lleva a desafiarse mutuamente cada vez más locamente, volviéndose insoportable la tensión sexual entre ambos.

Love & Anarchy aborda el mito de la mujer «cougar» (mujer madura que gusta de jóvenes) y lo desmantela suavemente sumergiéndonos en la psiquis de Sofie. ¿Creemos que la conocemos? El programa nos dice que te sorprenderá. Los ocho episodios que cuentan esta primera temporada se adjuntan para quitar uno a uno el caparazón normativo que forjan a esta mujer adicta al trabajo. La única práctica subversiva que se permite al principio de la serie es el acto de masturbarse, siempre tabú y «mal visto» por parte de mujeres. En realidad, Sofie se está asfixiando, y es ella quien aprovecha su encuentro con Max para lanzarle el primer desafío. Porque en el fondo, ella lo sabe: tiene otra vida que la oprime a la que está destinada con su insensible marido y sus soporíferas amigas.

Bajo el disfraz del humor, un arma fatal para hacer que los mensajes más subversivos parezcan nada, Love & Anarchy ofrece una crítica del mundo del trabajo en general, y de las editoriales en particular. Lisa Langseth tiene suficiente ternura y empatía para que sus personajes no sean unidimensionales. Se ríe de una empresa de streaming con grandes ambiciones, que quiere comprar la editorial en cuestión. Un gran guiño (o una golpe en la cabeza) a Netflix y a la llegada de plataformas «taquilleras» como Disney+ o Amazon Prime Video, que dejan poco espacio para los autores que no encajan «en el molde» de la sociedad de consumo.

La serie nos dice claramente este encantador recordatorio de la libertad de acción que tenemos y que a menudo olvidamos, demasiado ocupados construyendo una vida que encaje en las cajas que la sociedad ha preconcebido para nosotros. Love & Anarchy nos recuerda: no olvides este grano de locura, este niño creativo y rebelde que yace dormido en cada uno de nosotros. Aprécialo y nútrelo.

¿Dónde ver Love & Anarchy?

La serie está disponible en Netflix.

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