Masters of Sex S02E04: “Dirty Jobs”, Relaciones quebradas
[alert type=red ]Este texto contiene spoilers del cuarto episodio de la segunda temporada de Masters of Sex[/alert]
Hay dos cosas que no deberían haber pasado en el inicio de este capítulo: 1) Virginia no debió quedarse dormida luego de su encuentro con Bill, 2) Bill no debió esperar a que Virginia despertara para salir juntos de la habitación. Malditas coincidencias. Austin se quedaba esa noche en el mismo hotel, mismo piso. Y los vio. Masters y Johnson, al descubierto.
En casa de los Masters, Libby está cada vez más histérica. El bebé John tiene piojos y a quién culpar si no a Coral, la niñera afroamericana. Libby le ordena que se lave el pelo (y a todos en su casa) con un shampoo recetado. Aun cuando Coral, al otro día, le dice que la revisaron y no tiene bichos corriendo por su cabeza, la señora Masters la sienta en el baño y le lava ella misma el cabello. Pobre de Coral si desobedecía a la, a estas alturas, amarga Libby.
Betty sigue con su farsa de tratamiento. Hasta ahora. Llega con Gene a la consulta del doctor Masters porque su marido hará una donación, no precisamente de dinero. Tras haber terminado de hacer “batido de bebé”, el esposo de Betty se entera, otra mentira de por medio, de que es ella la del problema. Hasta aquí, la rubia cree haber salido airosa, pero Gene va a pagar el tratamiento que nunca existió. Durante la cena, le reprocha a su esposa el haberle ocultado su ligamiento de trompas. “Sé lo que viste cuando me conociste, una buena chica cristiana en la iglesia”, dice Betty. “No te conocí en la iglesia”, responde Gene. El simpático empresario le confiesa que la conoció como prostituta al visitar el burdel donde trabajaba.
Muy ansiosa por la visita del doctor Papanikolau en el hospital, Lillian le presenta su estudio. Más tarde, Virginia le habla al doctor del arduo trabajo que su compañera ha hecho y le sugiere que la recomiende para un premio. A la oficina de la trabajólica doctora DePaul llega Austin a contarle que vio a Bill y Virginia en comprometedora actitud en un hotel. Mientras esperan por otra sesión de radiación, Lillian le cuenta a Virginia una historia, tratando de hacerla confesar: “Me has visto en mis peores momentos. He compartido casi todo contigo, me parece justo que compartas conmigo”, le dice, y Virginia le dispara las palabras que dice quien quiere seguir guardando celosamente su secreto: “No soy tan interesante”.
Bill sigue presionando a Doug para incorporar a Virginia al hospital Memorial, sin éxito alguno. Masters prepara a una mujer joven, sujeto de su estudio. Va al otro lado de la sala de observación y se encuentra con un grupo de médicos ─Doug incluido─ instalados como si estuvieran viendo el Super Bowl. Le pide a Doug que los saque. Al negarse éste, Bill, enfurecido por ver cómo tratan a su estudio en ese hospital, le da un puñetazo a quien hasta este capítulo fue su jefe. Bill es despedido.
Lillian está decepcionada de Virginia. Alguna vez pensó dejar en sus manos su investigación, cuando ella no estuviera. Esto cambia las cosas. Reunida con el doctor Papanikolau, le traspasa su estudio desligándose de él por completo. El infierno de Johnson otra vez, ser apartada de una estudio tras haber trabajado en él ─en la temporada 1, le pasó con Bill─, incluso tras recomendar a la doctora DePaul para el Williams Prize. “No me metí a la medicina para ver mi nombre en un estudio, Virginia”, responde Lillian.
¿Cómo quedan las cosas ahora? Bill, fuera del Memorial, donde no duró ni dos meses, soportando a Austin-conozco-tu-secreto en la cena. Virginia, volviendo a la venta de píldoras de dieta, soportando a la insufrible gorda proveedora, y en riesgo su amistad con Lillian. Libby a punto de un colapso nervioso por la situación de Bill, con un matrimonio más en crisis cada vez pero siguiendo apoyando a su marido. Sopresa: Al final del episodio, Masters va al Buell Green Hospital, un hospital de negros donde instalará su estudio. Alerta de conflictos raciales en los próximos capítulos de Masters of Sex.