Karasuno había perdido el primer set, pero ganado el segundo y el tercero estaba muy peleado. Me tenían gritándole a la tele, al borde de una úlcera y la histeria; recuerdo haber llorado un poco cuando finalmente perdieron el encuentro y no lograron pasar a la siguiente fase. Y ese era el final de la primera temporada de Haikyuu!!, así que en mi futuro inminente solo hubo tristeza y la esperanza de que, en las temporadas siguientes, Karasuno lograría ganar.
Esto no es un partido real, claramente. Es Haikyuu!!, un anime sobre el equipo de volleyball de la escuela Karasuno. Tiene como protagonista a Hinata, quien parece ser bastante malo para el deporte, cuando en verdad es un diamante en bruto. Kageyama, el otro protagonista, es un genio, pero incapaz de trabajar en equipo.
Hinata y Kageyama, que en un principio se odian, como toda buena amistad de anime, entran al Karasuno, que años atrás fueron un gran equipo, pero que ahora son bastante mediocres. Ambos, junto al resto de la escuadra, emprenden una travesía obvia y simplista: ser mejores.
Como todos los animes deportivos, Haikyuu!! no conquista al espectador con una trama inteligente, rebuscada o misteriosa, cruzadas quijotescas ni dramas políticos, sino que apela a las emociones. En cada una de estas series la trama es más o menos la misma: tenemos a un equipo, del deporte que sea, que es malo o medianamente malo y durante el transcurso de la serie los vemos entrenar como enfermos, se esfuerzan y luchan para ser cada día mejores.
Entonces, ¿Cuál es la gracia de ver Haikyuu!! o cualquier otro anime deportivo? La misma que tiene ver una película de acción o de superhéroes: el final no es lo que importa -porque ya sabemos cuál es-, sino cómo logran llegar hasta ahí.
Cada capítulo nos muestra el entrenamiento riguroso, las ganas y pasión por el deporte, pero también los miedos, la frustración y la impotencia de intentar una y otra vez y seguir fallando. A diferencia de otras series del género, Haikyuu!! no solo ahonda en las técnicas y estrategias deportivas, sino que también le da gran relevancia a los personajes.
A pesar de que la serie tiene dos claros protagonistas, quienes están destinados a convertirse, tarde o temprano, en las más grandes figuras del volleyball, también presenta bastante atención al resto del equipo. Nos permiten comprender por qué cada uno de ellos está ahí, acá no hay personajes de más, no hay relleno, todos están ahí por algo.
La parte trágica de esto, es que no solo conoces al Karasuno entero, sino que también a sus contrincantes. En muchos animes, los rivales del equipo principal son más bien anecdóticos, con uno que otro que destacada por sobre el resto. Acá no. En Haikyuu!!! incluso el equipo más insignificante tiene un momento para conectar con el espectador, para que los conozcan y entiendas qué están haciendo ellos ahí.
Y eso terrible, porque toda serie, la que sea, necesita enemigos, alguien a quien culpar de todos los males del protagonista, y Haikyuu!! no tiene eso. Al permitirte conocer a cada equipo contra el que se enfrenta Karasuno, se hace imposible odiarlos. Porque cuando ganan sientes pena por los adversarios, porque ellos también se esforzaron y lucharon para ser cada vez mejores, y tú estás ahí, feliz por tu equipo, pero inevitablemente triste por los otros, y ese es un sentimiento horrible.
Este tipo de anime juega con emociones de una forma brutal y sobre todo, te hacen sentir parte del equipo: sus victorias son tus victorias y sus derrotas se sienten como propias. Son animaciones, no están ahí de verdad, pero te sientes tan conectados a ellos como cuando La Roja ganó la Copa América o cuando González y Massú ganaron el oro en Atenas 2004.
En Haikyuu!!, como en Slam Dunk o Los Super Campeones, vemos el crecimiento de los personajes no solo como jugadores individuales, sino que como equipo. Todos estos tipos de anime muestran el valor del trabajo en equipo, el compañerismo y el compromiso, pero sobre todo nos hacen creer que podemos conseguir lo que sea si nos esforzamos lo suficiente.