Las Chicas Del Cable: sin miedo al machismo

Por @tanisoda

Siempre me he declarado fan de las series españolas. Producciones que quizás, sin un presupuesto millonario pero con grandes ideas, han logrado gran éxito no solo en España, sino también a nivel internacional. Aquí no hay quien viva, El barco, El internado, Bajo sospecha, por nombrar algunas. Pero hoy vamos a hablar de Las chicas del cable. La primera producción española producida por Netflix que estrenó su segunda temporada el 25 de diciembre como regalo de Navidad para todos sus fanáticos.

Ambientada en Madrid en el año 1928, la serie narra la relación de cuatro mujeres que trabajan en la compañía telefónica donde, buscan libertad y nuevas oportunidades en una sociedad dominada y liderada por el machismo.

Alba, interpretada por Blanca Suárez, es una mujer que tiene problemas con la justicia y se ve obligada a trabajar para saldar una deuda pendiente; es ahí donde comienza una amistad con Ángeles (Maggie Civantos), una mujer reprimida y maltratada por su marido. Marga (Nadia de Santiago) es una mujer tímida que recién llega a la ciudad, donde tiene que cuidarse y protegerse sola. Cerrando este cuarteto, está Carlota (Ana Fernández), una señorita de buena familia, que posee un carácter fuerte y un gran sentido de independencia. Estas mujeres – todas con personalidades muy diferentes – se conocen cuando llegan a la entrevista de trabajo de la compañía telefónica de Madrid.

La primera temporada son 8 capítulos donde se desarrolla la historia de las cuatro protagonistas. Tríos amorosos, el maltrato, el machismo, la libertad sexual, la reivindicación de la figura femenina y un sinfín de conflictos que se entrelazan entre ellos. A pesar de que la serie gira en torno a este cuarteto de mujeres, hay otro personaje femenino que me gustaría destacar. Sara, el interpretado por Ana Polvorosa, es una activista feminista que poco a poco toma protagonismo en la historia al involucrarse con una de las telefonistas.

Pero como no todo puede ser chicas guapas, esta serie también nos regala dos grandes guapetones. Yon González y Martiño Rivas son cuñados y mejores amigos. En la primera temporada ambos pelean por el amor de Lidia, sin embargo en la segunda temporada aparecen nuevos personajes que complicarán aún más este trío amoroso.
La segunda temporada, también de 8 episodios, sigue la historia y conflictos de la primera parte. Sin embargo, aparecen nuevos personajes y un acontecimiento que consolida aún más la amistad de estas mujeres. Como todo en esta vida, también está el lado menos dulce, mujeres que apoyan esta represión, avalan el machismo e impiden el empoderamiento, personajes como doña Carmen, Carolina y Elisa, ayudan a generar este ying –yang.

Una serie feminista que explica y cuenta la realidad de las mujeres durante esos años, donde todo era diferente y más difícil, mujeres que lograron conseguir un trabajo, ser independientes, luchar por sus derechos y no temerle a los hombres.

Lo más destacable de esta serie es el trasfondo de temas importantes, como la represión sexual, la falta de independencia femenina, la identidad de género, la homosexualidad y la lucha por alcanzar cierto nivel de igualdad por medio del trabajo. Mujeres que se empoderan, que salen a la calle a exigir sus derechos en una España donde, en esos años, era impensado un rol femenino tan protagonista.