[REVIEW] Chambers: Terror sin sustento
La apacible vida de Sasha, una joven nativa americana del suroeste, transcurre sin problemas y sin preocupaciones, excepto por las características de una chica de diecisiete años: La escuela, la familia, los miedos relacionados con su primera vez. Es precisamente durante su intento de perder su virginidad que el mundo se derrama sobre ella. Un latido incesante, primero románticamente ligado a la emoción, revela su trágica realidad. Su novio, TJ, no tiene más remedio que cargar con su peso en la lluvia en busca de ayuda. Han pasado tres meses, el repentino ataque cardíaco está a sus espaldas, pero en el pecho de Sasha hay una larga cicatriz, un monumento al trasplante al que fue sometida y que, sin su conocimiento, cambiará su vida más de lo que ya puede ser causado por una operación así.
Los primeros minutos de Chambers, la nueva serie disponible a partir del 26 de abril en Netflix, nos sumergieron inmediatamente en la tragedia, delineando la árida pobreza del corazón desértico estadounidense. El drama, sin embargo, ya desde el primer episodio deja el campo a la intuición de una perversión, a un lado místico y espectral aún no declarado plenamente, pero que sabemos que será el núcleo fundamental de la serie. Aún así la serie no nos deja con un gancho fuerte para saber qué es lo que va a pasar.
De hecho, la joven es abordada casi inmediatamente por los padres de la donante gracias a la cual sobrevivió; un aire melancólico y ambiguo cruza sus ojos, especialmente desde que primero la invitan a cenar y luego le ofrecen, dada su condición social blanca adinerada de Arizona, pagarle todo lo necesario para que asista a la prestigiosa escuela de su ciudad.
Aunque todo está por establecer, el carácter morboso de la pareja, junto con los extraños sueños de Sasha, indican en parte el camino de la serie, dividida entre una tensión alimentada por el probable apego perverso de quienes ven en la niña a través de sus ojos la nueva manifestación de su hija desaparecida, y un indicio de lo que podría ser una verdadera historia de fantasmas, no sabemos si psicológica o real… pero no es suficiente.
La serie pudo ser la sátira y crítica de un cierto estilo de vida americano, rico, mimado, por encima de todo, a través de los ojos de un marginado, exponente de una minoría subyugada, invadido y luego relegado a los márgenes del sueño americano. Pero todo se diluye con el pasar de los episodios. Sacha no parece ser una persona confiable o que despierte nuestro interés en ella. Mientras que ni la presencia de Uma Thurman logra salvar una especie de terror que no nos convence después de ver, por ejemplo, The Haunting of Hill House. Acá la trama parece mal llevada y con puntos irrisorios en una especie de receta que Netflix parece tener para la creación de dramas adolescentes sobrenaturales.Sinceramente, la serie es una más de ellas sin siquiera sobresalir.
¿Dónde ver Chambers?
La serie está disponible en Netflix.