Si pasaste el fin de semana en casa para devorar la segunda temporada de Dark, no te culpamos. En la primera temporada, la producción original alemana de Netflix logró crear un mundo intrigante, con personajes reales y humanos y una densa historia de viajes en el tiempo y destinos ya escritos.
Los nuevos episodios no son menos importantes: algunas de las preguntas dejadas abiertas anteriormente son finalmente contestadas, mientras que muchas otras se vuelven aún más retorcidas. Si el viaje en el tiempo no es un tema nuevo en la pantalla pequeña (o grande), Dark consigue renovar su interés enriqueciéndolo con historias personales e intrigas familiares que no pueden dejar al espectador indiferente. Con una producción menos importante que otros grandes títulos en la plataforma de streaming, y procedente de Alemania, Dark sorprendió a todos con su éxito, demostrando que incluso la Europa no anglófona es capaz de crear series de televisión de alto nivel. Veamos juntos cómo esta segunda temporada ha sido capaz de gestionar su propia y complicada trama, dándole aún más profundidad y abriendo nuevos caminos a explorar de cara al tercer y último año que se avecina en 2020. (Atención: spoiler!).
Personajes polifacéticos
Más allá de una trama interesante y la capacidad de manejarla con gran habilidad, lo que realmente está detrás del éxito de Dark son sus personajes. Pongámoslo de esta manera: si hubiéramos tenido protagonistas con personajes débiles y aburridos, Dark sería otro drama adolescente que hubiéramos dejado pasar después de unas horas, no estaríamos aquí para hablar de ello. En cambio, nos interesa la dinámica familiar de los protagonistas, cada uno de los cuales está dotado de defectos y méritos (quizás lo primero más que lo otro), haciéndolos humanos y realistas. Incluso el parentesco imposible causado por el viaje en el tiempo es muy creíble cuando se trata de los personajes frente a nosotros.
No es improbable que Mikkel (Daan Lennard Liebrenz) se quedara en su ciudad natal y se convirtiera en Michael (Sebastian Rudolph), se casara con Hannah (Maja Schöne) y siguiera estando cerca de lo que era su verdadera familia. Al mismo tiempo, la atracción de Hannah por Ulrich (Oliver Masucci) es la de una mujer que siempre ha querido lo que su mejor amiga, bella y popular, tenía. El regreso de hannah al pasado es completamente egoísta y en línea con el personaje. El hecho de que su marido sea en realidad el hijo de su amante no tiene ningún efecto en ella; por el contrario, la referencia a su interés por un joven Egon (Sebastian Hülk) confirma su carácter egocéntrico y su necesidad de atención. Y Dark merece nuestra atención precisamente porque propone un personaje como Hannah, que a pesar de la tragedia a la que se refiere su hijo y el inminente Apocalipsis sigue pensando sólo en sí misma.
Nadie sale de Winden
Una trama complicada como la de Dark también necesita una ubicación específica: el mismo bucle de tiempo en el que los protagonistas están atrapados sería más improbable si ocurriera en una ciudad metropolitana. Winden, por otro lado, no deja ir a nadie. Con las características de cualquier pueblo donde todos se conocen y crecieron juntos, Winden es el lugar perfecto para enfatizar la incapacidad de escapar de un destino quizás predeterminado. Winden añade una sensación de encarcelamiento e inevitabilidad que sólo un pequeña ciudad puede dar y es una de las mejores opciones que los escritores pueden hacer. Winden responde a las preguntas que surgen naturalmente cuando se trata de cambiar el futuro: ¿por qué no se va Mikkel? ¿Por qué todos parecen aceptar su papel sin rebelarse? Porque la ropa sucia se lava en casa, y en Winden cada uno se ocupa del otro, asegurándose de que nadie descubra sus secretos.
La sensación de impotencia ante los acontecimientos que ya han tenido lugar se hace aún más comprensible gracias a Winden y sus habitantes. Esta segunda temporada nos muestra cómo cada acción que creemos revolucionaria no conduce sino a un destino que ya se ha cumplido. No hay forma de escapar del futuro. Episodio tras episodio, sólo esperamos el momento en que alguien, quizás Jonas, pueda romper la línea de tiempo y crear un futuro alternativo. Pero esto nunca sucede. Jonas (Louis Hofmann) ya conoce su propio futuro, lo ha visto en su cara, pero cada decisión que toma para combatirlo sólo lo acerca a lo que será en el futuro.
Noah
La importancia de Noah (Mark Waschke) disminuye increíblemente en esta segunda temporada. Lo que se pensaba que sostenía las riendas del juego resultaba ser nada más que el símbolo de otra persona. Mientras que Dark refuerza así la idea de la inevitabilidad de los acontecimientos, por otro lado deja un personaje -en el que pasó toda una primera temporada- como un fin en sí mismo. Noah parecía jugar un papel importante en el desarrollo de los viajes en el tiempo, pero es casi inútil. Sus experimentos con niños siguen sin resolverse y su relación con Helge no parece ocultar ninguna conexión con Jonas y su destino. Sí, un joven Noah (Max Schimmelpfennig) introduce al adolescente Jonas en su propio futuro, pero cualquiera podría haberlo hecho. Quizás la tercera temporada revele algunos detalles más, especialmente sobre la relación entre Noah y Elisabeth (Charlotte von Falkenhayn) y cómo afecta a los acontecimientos.
Un final cuestionable
La segunda temporada de Dark cierra el círculo temporal, trayendo el inevitable Apocalipsis y la potencial destrucción del mundo tal como lo conocemos. Pero la llegada de una persona en el último minuto abre una nueva posibilidad de redención: una dimensión alternativa. ¿Cómo situar este descubrimiento en una realidad en la que el tiempo parece repetirse sin fin, sin posibilidad de cambiar su destino? Las teorías clásicas sobre la construcción de realidades paralelas se basan en opciones diferentes: cada opción implica una resolución diferente, y cada resolución crea un desarrollo alternativo de los acontecimientos, por lo tanto una realidad posiblemente similar, pero diferente. ¿Pero cómo se colocaría esta teoría en la retórica de Dark? Es difícil imaginar una dimensión alternativa en un mundo en el que los personajes no parecen ser capaces de escapar de sus elecciones.
Después de todo esto, Dark se confirma como una serie increíble, capaz de manejar con maestría los viajes en el tiempo, los negocios y la intriga familiar. El espectador permanece pegado a la pantalla, capturado tanto por la grandeza de los temas tratados (la inevitabilidad de su propio destino y el fin del mundo), como por los dramas personales de los personajes de Winden.
¿Dónde ver Dark?
La serie está disponible en Netflix.