[REVIEW] Marianne: Buen terror a la francesa

El lanzamiento del trailer había creado una atmósfera controlada que atrajo a más de un espectador. Este viernes 13 (¡bum!) de septiembre, Netflix finalmente ha lanzando su primera serie francesa de terror, creada por Samuel Bodin, uno de los más interesantes showrunners de su generación. Descubierta con su serie anterior, Lazy Company. la serie se codea con el género y sabe cómo evitar los habituales escollos en los que caen muchas ficciones francesas (malos diálogos, falta de autoengaño, intérpretes desiguales).

Marianne cuenta la historia de Emma (encarnada por la revelación Victoire Du Bois), una novelista de éxito que ha estado contando historias de terror durante varios años. Su heroína ficticia está luchando constantemente contra una bruja terrible, llamada…. Marianne, por supuesto. Cuando ha decidido poner fin a esta saga literaria, los cuentos de pesadilla escritos en papel cobrarán vida. Emma no tiene más remedio que volver a su ciudad natal, Elden, y enfrentarse a los demonios de su infancia.

Es inevitable recordar a The Haunting of Hill House, la horrenda obra maestra de Mike Flanagan, también transmitida por Netflix. Pero no hay necesidad real de comparar los dos: el tono, el presupuesto y las ambiciones son diferentes. Sin embargo, las dos series tienen en común que devuelven a sus espectadores a aquello de lo que nunca se deshacen: la familia, las emociones de la adolescencia y los terrores de la infancia.

Sin reinventar la rueda, el showrunner/director/guionista utiliza alegremente los grandes clásicos del género: las puertas se abren, las maderas crujen, los dientes caen y los sustos suceden. Y entonces, entre sus pequeños fajos de piel y pelo ensangrentados dejados por todas partes para maldecir a sus enemigos, su impredecibilidad y su aspecto demente, la bruja realmente te asusta. Nos quitamos el sombrero ante la actriz Mireille Herbstmeyer, que interpreta a la madre de la amiga de infancia de Emma, que se encuentra poseída por el espíritu maligno. Las escenas son sombrías y desagradables también. El uso de su cuerpo, el vehículo de la locura sanguinaria del monstruo, es aterrador y fascinante.

Detrás del horrible motivo, Marianne es un pretexto para hablar de la relación de Emma con los demás: su familia, sus amigos de la infancia e incluso la muerte. Uno de los mejores episodios de la primera temporada, el quinto, narra en flashback la adolescencia de la joven en esta ciudad perdida. Hay de todo en este episodio: el descuido de la adolescencia, los juegos de los niños que terminan mal (muy mal), la sensación de terrible aislamiento de la heroína, la incomprensión de los padres, la huida… Las sensaciones chocan en medio de este escenario natural -qué buena idea para rodar una historia de terror en una pequeña localidad francesa- paradójicamente reconfortante y opresiva.

Siempre podemos encontrar cosas que criticar al ritmo de ciertos episodios, pero las promesas de Marianne se siguen cumpliendo. Con un pequeño presupuesto, Samuel Bodin y su equipo lograron cocinar una entretenida y emocionante serie de horror que no tiene miedo de correr riesgos y hacer que su público se sienta muy incómodo.

¿Dónde ver Marianne?

La primera temporada está disponible en Netflix.