[REVIEW TEMPORADA 4] ‘El Ministerio del Tiempo’: una actualización a tiempo.
Por Sebastián Arce
Fenómenos como La Casa de Papel y Élite, y éxitos como Vis a Vis, Merlí, Las Chicas del Cable o Toy Boy, son parte de una nueva Armada Española de las series de TV, las que gracias a la masividad que entregan los servicios de streaming, han permitido que su popularidad se expanda más allá de la península ibérica. Y dentro de estas, una que se ha convertido casi de culto en este lado del mundo, por su calidad y nivel de producción, vuelve con su cuarta temporada: El Ministerio del Tiempo.
Para los que desconocen la trama, El Ministerio del Tiempo es una oficina secreta autónoma del gobierno, que se encarga de velar porque la historia se mantenga tal cual, evitando o corrigiendo alteraciones del pasado que pudieran repercutir en el presente, viajando a través de las “puertas del tiempo”, que les dan acceso a distintos hitos históricos a lo largo de los años. En su primera temporada, la patrulla a cargo de trasladarse por el tiempo estaba formada por Julián Martínez (Rodolfo Sancho), un paramédico de la actualidad y viudo, Amelia Folch (Aura Garrido), una de las primeras universitarias en el siglo XIX, y Alonso de Entrerríos (Nacho Fresneda), soldado de los Tercios de Flandes del siglo XVII. En la segunda temporada se suma Jesús ‘Pacino’ Méndez (Hugo Silva), detective de los 80s, quien reemplaza a Julián en las misiones, y Lola Mendieta (Macarena García, en su etapa joven, y Natalia Millán, en su etapa adulta), experta en arte y espía del s. XX, quién cubre el espacio que deja Amelia, quien abandona la producción durante la tercera temporada.
Esta institución estatal es liderada por el subsecretario Salvador Martí (Jaime Blanch), secundado por sus jefes de seguridad Ernesto Jiménez (Juan Gea) e Irene Larra (Cayetana Guillén-Cuervo), y la secretaria Angustias (Francesca Piñón), quienes prestan el apoyo logístico, la seguridad, comunicaciones y el apoyo moral en cada misión, las cuales van desde evitar que España se una a la II Guerra Mundial frenando a Hitler, lograr que Cervantes reescriba El Quijote de la Mancha, salvar a Simón Bolívar de un atentado en Bogotá, proteger a reyes y antepasados de presidentes, luchar contra sociedades secretas y empresas estadounidenses que trafican con los viajes intertemporales, entre otras aventuras, donde personajes como Félix Lope de Vega, el Cid Campeador, Francisco de Goya, Napoleón Bonaparte, Harry Houdini, William Shakespeare y otros son parte fundamental de cada capítulo.
En esta cuarta entrega, estrenada el pasado 5 de mayo en RTVE, la cual tuvo una precuela online de 10 minutos (“Antes de que no haya tiempo”, donde el escritor Benito Pérez-Galdós se convierte en experto informático), se presenta la nueva sede del ministerio, la cual está ubicada en el antiguo edificio de la Radio Nacional de España, a la salida de Madrid. Allí, Salvador (Blanch) intenta reunir a los antiguos agentes para resolver el misterio de Eulogio Romero, ex miembro de la Brigada Azul, héroe de guerra y galán del cine patriota español, quien es sospechosamente parecido a Julián Martínez (Sancho), el paramédico protagonista de las dos primeras temporadas, quién fallece durante una misión a principios del siglo XX. Para ello, recluta nuevamente a Pacino (Silva) y Lola (García), quienes tenían una relación, y a Alonso (Fresneda), quién de recio soldado medieval anacrónico en 2017, pasa a ser un abnegado padre, muy adaptado a la realidad del 2020 y adicto a las telenovelas. A la misión también se une Irene (Guillén-Cuervo), quién se transforma en periodista, y viajan a principios del siglo XX, a investigar al nuevo fenómeno del cine franquista, y con ello, también descubrir un plan para atentar contra Francisco Franco, por parte de un grupo de republicanos derrotados en la guerra civil.
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Realidad, ficción y mitología urbana al servicio de la trama nuevamente se toman la pantalla, donde, aunque hayan pasado dos años y medio desde el último episodio, la estructura y esencia de El Ministerio del Tiempo se conservan. Ese período de pausa forzada también se hace parte de la historia, dándole nuevos elementos con los que se puede jugar a nivel argumental y dejándonos atentos a la evolución de los personajes. Además, por lo ya visto en los dos capítulos estrenados, veremos roles secundarios de las temporadas anteriores teniendo más relevancia en cada misión, como Irene, Angustias o el pintor Diego de Velázquez (Julián Villagrán), quién pone la cuota de humor necesaria cuando la situación se empieza a poner densa. Eso sí, en esta vuelta los capítulos son más cortos, pasando de 70 a 55 minutos de duración, lo que no siempre da pie a que las historias se desarrollen por completo, dejando más cabos sueltos de lo que deberían.
De todas maneras, el objetivo principal está intacto: mostrar la historia de España con sus luces y sombras, con sus errores, horrores y dolores, precisamente para aprender de los mismos, con el menor sesgo posible, ya que “el pasado es el que es”, nos guste o no. Y aunque sea una ficción que toma elementos reales para construir una trama, es una buena forma para entender rasgos y contextos de cómo se ha forjado nuestra cultura, ya que no olvidemos que fuimos colonia, y compartimos orígenes en común.
Mención especial para la forma en que encajaron en la historia el regreso del personaje de Rodolfo Sancho, a quién mataron cuando el actor abandonó la serie (por compromisos laborales), ya que en vez de resucitarlo como espíritu o buscar alguna respuesta disparatada tipo Verdades Ocultas, vuelve como una antítesis de Julián Martínez, héroe de guerra y galán de cine, opuesto al retraído paramédico, que aún no superaba el dolor de perder a su esposa a temprana edad.
Esta serie, emitida originalmente entre 2015 y 2017 en la señal principal de Televisión Española (TVE), es creada por los hermanos Javier y Pablo Olivares, y dirigida por Marc Vigil. Estuvo durante tres temporadas al aire. A pesar de tener gran aceptación y cantidad de seguidores en Latinoamérica y España (autodenominados ministéricos, quienes arman sus propias teorías y hasta discuten con los creadores en redes sociales), y muchos subproductos derivados como una webserie, libros, podcasts, comics, fanfics, etc., su tercera temporada no tuvo el éxito esperado en la emisión por TVE, por lo que una cuarta temporada siempre estuvo en duda. Además, su contrato de distribución con Netflix (quienes coprodujeron dichos capítulos) no trajo los beneficios esperados para los productores, por lo que la serie ya no está disponible en esta plataforma. Su difusión internacional ahora estará a cargo de HBO, por lo que pronto debiésemos verla formando parte del catálogo de HBO GO, junto a titanes como Game of Thrones, Euphoria o Chernobyl, donde ya en España está siendo la serie más vista del servicio, dentro del contenido que no está en inglés. Además, es la producción europea más vista en su semana de estreno, durante mayo, según las estadísticas de la aplicación TV Time.
El @MdT_TVE, en el Top 10 del ranking ‘Shows on the rise’ de @tvshowtime de las ficciones más vistas del mes de mayo en la semana de su estreno. 💯💯💯 pic.twitter.com/iK0qQXvn5h
— Globomedia (@globomedia) May 13, 2020
De todas maneras, si quieres verla e interiorizarte más, puedes hacerlo a través del sitio de RTVE a la Carta, la cual mantiene todos los capítulos, incluso los nuevos, y mucho contenido extra, disponibles para su reproducción desde nuestro país. Eso sí, el reproductor funciona de forma bastante tosca, por lo que hay que tener paciencia para cargar y ver cada video, pero vale la pena.