Basada en la novela de William Landay, Defending Jacob es un drama familiar ambientado en el fondo de un thriller como otros muchos. Sin embargo, todo en esta miniserie de ocho episodios, creada por Mark Bomback, marca la pauta en la televisión de «prestigio», empezando por un reparto impecable encabezado por Chris Evans y Michelle Dockery. Aparte de The Morning Show, las series de Apple TV+ luchan por destacar entre la multitud, por dejar su huella en el sobrecargado paisaje de Peak TV. Defending Jacob no es una excepción con esta enésima variación, pulcra, pero que suena un poco vacía, sobre el tema de una familia afectada por un crimen.
Andrew Barber (Evans) es un fiscal en Massachusetts. Su vida y la de su familia dan un vuelco cuando su hijo de 14 años, Jacob, es acusado de asesinar a un compañero de estudios. A pesar de sus protestas, el fiscal fue retirado de la investigación por un claro conflicto de intereses. Alejado de su trabajo y de la sociedad, cuando sus vecinos y amigos deciden que ya no es apto para estar cerca, sólo tiene un objetivo en mente: defender a Jacob, a toda costa. Hay que decir que el conjunto de pruebas está abrumando a su hijo. El adolescente miente y se mantiene evasivo cuando se le pregunta qué relación tenía con la victima antes de su muerte.
Andrew, un devoto padre y brillante abogado, se niega a creer que sea culpable. Sin embargo, con el paso de los días, las certezas que su esposa Laurie (Dockery) compartía empiezan a temblar tras una revelación impactante
Defending Jacob tiene todas las características de un «whodunnit» (una obra cuya trama es encontrar al culpable de un crimen) de calidad, pero llega a ser casi de manual. Sin embargo, el género nos ha ofrecido algunas series notables en los últimos años, como The Night Of o Unbelievable. La diferencia con estos últimos es la ausencia de una declaración clara sobre sus personajes y el mundo que los rodea. El más mínimo comentario sobre la sociedad, las redes sociales, las raíces del mal, permanece en la fase de lo nebuloso, sin aportar mucha agua al molino de estas fascinantes reflexiones.
En Defending Jacob se favorecen los giros y las pistas falsas, navegando entre flashbacks, ofreciendo algunas bellas escenas de intimidad detrás de los cuatro muros protectores de la residencia Barber, pero en ningún momento la serie llega realmente al fondo de las cosas. Demasiado ocupada tratando de crear una confrontación entre Andrew y su terrorífico padre, preguntándose si el «Mal» de este último podría haberse saltado una generación (un tema que aún se debate en la comunidad científica y que sigue sin respuesta), Esta subtrama se pierde en preguntas que parecen infinitamente más interesantes: ¿pueden los padres modelos y amorosos criar un monstruo? ¿Cómo puede la catarsis de las redes sociales y el eco que dan a las ideas más extremas empujar a un adolescente a cometer lo peor? Esto es lo que deberíamos leer a través de la experiencia de Jacob, sea culpable o no.
Defending Jacob es, en última instancia, muy convencional, lo que ciertamente no es un defecto. Aunque muy bien ejecutada, la miniserie tomando prestado algo que ya se ha visto: el de un crimen que desgarra una familia en un pequeño pueblo americano, desgastado hasta la médula. A pesar de la evidente voluntad de hacer el bien y producir una ficción limpia, desafortunadamente no sale de la masa y no es más que un mero entretenimiento con un elenco de lujo.
¿Dónde ver Defending Jacob?
La serie está disponible en Apple TV+