[REVIEW] La visión de los conquistados en ‘Bárbaros’

De entrada queremos decir que Bárbaros (Barbaren en su título original aleman) deja uuna gran satisfacción por el nuevo punto de vista de la enésima producción audiovisual sobre la historia del Imperio Romano. No desde el punto de vista de estos últimos, sino de los llamados «bárbaros» presentes en Alemania en el 9 d.C. La de los conquistados y no la de los conquistadores. Como si viéramos la historia del Día de Acción de Gracias americano desde el punto de vista de los peregrinos. Los romanos, desde su visión, trajeron orden, disciplina y limpieza a la «rudeza» de los extranjeros, pero para estos últimos era sólo el abuso de una multitud de opresores que no habían sido invitados.

La historia de Bárbaros mezcla la acción, el romance y los acontecimientos de los libros de historia en una exitoso entretenimiento, muestra los acontecimientos que condujeron a la batalla del Bosque de Teutoburgo, aún hoy conocido por su epílogo nada predecible. Es precisamente el punto de vista inédito el que lleva al espectador a ponerse del lado de los bárbaros en lugar de los romanos, casi como si merecieran una derrota por haber pecado de orgullo.

Se juega mucho con los símbolos en la serie: la Loba siempre ha sido tradicionalmente el símbolo del nacimiento de Roma, una madre dura pero cariñosa, mientras que aquí adquiere un doble significado: si se opone al Águila, la Loba en este caso representa a los Bárbaros, conocedores de los bosques, lugares impenetrables para el ejército romano, que debe ser vencido en estrategia y astucia y no en cantidad o fuerza (la legión romana es el máximo modelo antiguo de eficiencia militar).

Hablando de ambivalencia, en la historia de Bárbaros hay quien mejor representa la doble naturaleza en la que se mueve la serie: Arminio, conocido como Ari. Hijo de Varo y su segundo al mando, está haciendo carrera en el ejército del Imperio. Sin embargo, tiene un gran dilema interno causado por su pasado, que lo pone en una especie de limbo: no es totalmente romano y es precisamente esta doble naturaleza la que le hace sentir que no pertenece realmente a nadie. Esto también es evidente por el doble (loable) uso del lenguaje en la serie: alemán antiguo y latín, para dar más veracidad a la historia. Es sobre el origen de Ari y sobre la de otros dos co-protagonistas que se desarrolla la historia principal, inscribiéndola en la historia que lleva a la batalla de Teutoburgo.

Los discursos motivadores, la majestuosidad en las escenas de guerra que a veces se aprovecha de la ralentización, una voz en off ocasional para enfatizar esa majestuosidad, son todos rasgos que coinciden con el género del drama de la época que quiere contar un punto de vista diferente, como intentamos explicar en esta reseña de Bárbaros. Una mirada «extranjera» a la historia, que mezcla muchos elementos y ofrece una doble mirada a los protagonistas, encerrada en el simbolismo y la reflexión.

¿Dónde ver Bárbaros?

La serie está disponible en Netflix.

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