Cada año, casi religiosamente, la pequeña pantalla tiene derecho a una nueva adaptación de Stephen King. El maestro de la fantasía sigue siendo el escritor estadounidense más inspirador para los guionistas de Hollywood, aunque las series basadas en su obra oscilen entre lo magistral (The Outsider), lo regular (Castle Rock) y lo mediocre (The Mist, Under The Dome). En 2020, los creadores Josh Boone y Benjamin Cavell retoman una de las historias fundacionales del Kingverso, The Stand, que fue adaptada por primera vez en una miniserie en los años 90. Pero en esta ocasión, y a la luz de la actualidad mundial con el telón de fondo de Covid-19, The Stand tiene un sabor completamente diferente.
Todo comienza con una catástrofe mundial tan devastadora y aterradora como las diez plagas de Egipto. Un virus creado en el laboratorio por los científicos se escapa. Particularmente mortal, diezma la población mundial en pocos días. Sólo unos pocos elegidos, inmunes por una razón desconocida, sobreviven y son testigos del colapso de la civilización. Pero, sin saberlo, influenciados por dos fuerzas superiores, una que representa el bien y la otra el mal, se unirán a dos comunidades opuestas y librarán una guerra que decidirá la renovación de la humanidad.

La miniserie también propone un panel de personajes variados encarnados por un bonito reparto: Whoopi Goldberg como la madrina espiritual, James Marsden (visto recientemente en Westworld) como el heroico vaquero y Owen Teague y su gélida y psicopática mirada, sustituyendo a Bill Skarsgård… Aunque esta gran familia de famosos actores suecos no está tan lejos ya que su hermano, Alexander Skarsgård, interpreta a un enigmático y carismático Randall Flagg. Un sólido reparto que personifica las diferentes reacciones humanas ante el apocalipsis.
Y, a pesar de un buen reparto, The Stand se hunde en la emoción. Si la serie asume su lado terrorífico, con escenas de muerte especialmente sangrientas y repugnantes, se muestra más dubitativa con los sentimientos humanos que pueden compartir los supervivientes de un cataclismo planetario. Es innegable que hay algo de Lost en la trágica trayectoria de estos protagonistas conectados sin saberlo (sin olvidar la dicotomía entre el bien y el mal), que se adentran en una metafórica madriguera de conejo blanco a través de sus sueños.

The Stand no alcanza la calidad de The Outsider, pero la miniserie aún puede reclamar la cima del cesto. Sólidamente producida y encarnada, puesta en escena como una versión fantástica de The Road, a veces es demasiado críptica y arriesgada en su escritura para su propio bien. También queda esa extraña sensación ante el contexto actual de la pandemia, que hace que sea a la vez demasiado realista y demasiado fantástica para disfrutar de un visionado clásico de una obra postapocalíptica.
¿Dónde ver The Stand?
La serie está siendo emitida semanalmente por Starzplay.