[REVIEW] ‘Gaslit’ (Starzplay): La rama desconocida de un escándalo

La prueba de que hay que decir algo nuevo incluso sobre un tema tan sobredimensionado como el Watergate (sobre todo en el cine, pero poco o nada en la televisión) se da en Gaslit, la nueva serie limitada disponible a partir del 24 de abril en STARZPLAY con un episodio por semana.

Hay toda una serie de personajes e historias no contadas en torno al infame escándalo del Watergate, que afectó a la administración de Nixon y a los Estados Unidos en la década de 1960: desde los subordinados torpes y oportunistas de Nixon, pasando por los fanáticos desquiciados que apoyaron e instigaron sus crímenes, hasta los trágicos denunciantes que finalmente echaron abajo todo. Basada en la primera temporada del aclamado podcast Slow Burn y creada por Robbie Pickering con Matt Ross como director, Gaslit está producida por Sam Esmail y Julia Roberts, que vuelven a colaborar tras Homecoming -y ella elige volver a la ‘pequeña’ pantalla por segunda vez, y de nuevo junto a Shea Whigham-.

Roberts interpreta a Martha Mitchell, la figura central de esta historia del Watergate, una mujer que no temía decir lo que pensaba, pero que a menudo era «puesta en su sitio» por su marido John Mitchell, el leal fiscal general de Nixon, interpretado por un transformado Sean Penn (cuya actuación pasa de los kilos de maquillaje, pero más casting o menos prótesis habrían ayudado a la interpretación). La miniserie muestra la intimidad de la pareja para reflejar el conjunto de la sociedad norteamericana de la época, revelando la hipocresía de una clase social codiciosa, que se aferraba desesperadamente al poder -político, económico, social- y quería aferrarse a él con uñas y dientes, haciendo prevalecer la ley del más fuerte… o más bien del que tuviera más flechas (también conocidas como chantajes) en su arco.

Whigham interpreta a G. Gordon Liddy -un hombre peligroso y demente, contratado por John Dean (Dan Stevens) flanqueado por la azafata sin complejos y gran admiradora de Martha, Mo Dean (Betty Gilpin)- para dirigir la operación que llevará al escándalo y a la caída del Partido Republicano. Un partido del que, obviamente, forman parte los Mitchell, pero Martha Mitchell es la primera en dar la voz de alarma públicamente sobre la implicación de Nixon en el Watergate, provocando el desmoronamiento tanto de la presidencia como de su vida personal. John se verá así obligado a elegir entre su amada esposa y su mejor amigo, el Presidente de los Estados Unidos de América.

Ella franca y famosa casi y más que la primera dama Pat Nixon, él caprichoso, malhablado, despiadado e hijo de una sociedad machista, consiguen pintar una pareja veraz, llena de facetas y contradicciones, desgarrada entre lo público y lo privado, y con una hija (Darby Camp) que tiene que aguantar sus vidas pendulares. Hay un cuidado casi maníaco puesto por la producción en la reconstrucción histórica, desde los decorados hasta el vestuario, pasando por el maquillaje protésico que podría haberse aligerado, hasta la puesta en escena de una sociedad falsa e hipócrita, que hace un guiño a esa sociedad impregnada de corrección política pero no menos contradictoria. Una producción que sufrió algunos cambios importantes en el transcurso del trabajo -desde la participación de los hermanos Joel y Nathan Edgerton, delante y detrás de la cámara, que luego se desvaneció, hasta el importante reajuste de Stevens en lugar de Armie Hammer- pero que no se resintió en la puesta en escena final, suntuosa y puntual, fascinante y de gran precisión.

Gaslit confirma una gran calidad de la producción, que ha querido contar una historia ya conocida con un punto de vista inédito, centrándose mucho en los personajes y sus relaciones y en la interpretación de los actores, en primer lugar Julia Roberts y Sean Penn, carismáticos y convincentes a pesar del excesivo maquillaje protésico.

¿Dónde ver Gaslit?

La serie está disponible en Starzplay.

https://www.youtube.com/watch?v=el40jKoPJjQ