El género de los crímenes reales despierta la curiosidad, por no decir el morbo, del público. Así lo atestigua el éxito de las docuseries centradas en crímenes de todo tipo que han llegado a las plataformas de streaming en los últimos años. El director y productor neoyorquino Antonio Campos, sin embargo, no se ha conformado con la mera crónica, sino que ha partido de un asunto que conmocionó a la opinión pública estadounidense en la década de 2000 para construir sobre él una suntuosa serie, tachonada de increíbles interpretaciones, empezando por la de su protagonista, Colin Firth. Alcanzando cotas sin precedentes a la hora de sondear la ambigua personalidad del personaje de Firth, el novelista Michael Peterson, que oculta su bisexualidad en un castillo de mentiras a su esposa Kathleen (Toni Collette), una mujer de carrera ocupada en la crianza de cinco hijos.
La urgencia narrativa de Antonio Campos se percibe en cada tramo del articulado guión coescrito con Maggie Cohn en el que se reconstruye, a través de una densa red de saltos temporales hacia adelante y hacia atrás, el largo caso judicial de Peterson, acusado de asesinar a su mujer, que fue encontrada al pie de la escalera de su casa de Carolina del Norte en un charco de sangre en la Navidad de 2001. En su reelaboración de los hechos, Campos se toma una licencia poética al seguir las fascinaciones que se esconden en los pliegues de la historia, desde la exploración de las excentricidades y el carácter ingenuo de algunos de los hijos de Peterson hasta la exploración de la teoría del asalto de un ave a la pobre Kathleen, pasando por el intrigante personaje interpretado por Juliette Binoche, al que conoceremos más a fondo en la segunda parte de la miniserie. Pero lo que llama la atención es la capacidad del autor de acercarse indistintamente a todos los personajes, explorando sus diversos puntos de vista sobre la historia, sin expresar ningún tipo de juicio moral sobre Michael Peterson.
En parte thriller, en parte drama jurídico, en parte estudio de personajes, The Staircase reconstruye con gran detalle el caso judicial de Michel Peterson y su batalla de más de 16 años para que se reconozca su inocencia. El compañero excepcional de Colin Firth en esta parte de la historia es el talentoso Michael Stuhlbarg, que interpreta al abogado de Peterson, el cínico David Rudolf. Con un estilo de dirección preciso y agudo, Antonio Campos mantiene la tensión a lo largo de los ocho episodios de la serie, incluso permitiéndose algunas secuencias al más puro estilo thriller. La sólida dramaturgia opta por no revelar la verdad de los hechos, dejando al espectador la libertad de formarse su propia opinión sobre Peterson. ¿Culpable o inocente? Campos descoloca al público al ofrecer más de una reconstrucción del incidente que le ocurrió a Kathleen, lo que hace imposible establecer con certeza lo que ocurrió y el papel de Michael Peterson en la muerte de su esposa. Además, episodio tras episodio, el director va encajando las piezas que conforman el personaje del escritor, un personaje ambiguo, fascinante, pero mentiroso y poco fiable, sacando a relucir sus múltiples lados oscuros.
Fallecida al principio de la serie, Toni Collette aparece a menudo a lo largo de la serie en los numerosos flashbacks que nos ayudan a reconstruir la relación con su marido y sus hijos. La actriz australiana interpreta toda la frustración de una madre, esposa y directiva que lucha por mantener todos los ámbitos de su vida unidos, no sin una pizca de ironía. En comparación con el escritor más quejumbroso de Firth, los momentos en los que aparece Kathleen son los más ingeniosos gracias a la inteligente y provocativa interpretación de Collette. Además, dada la extensa familia construida por la pareja, la serie también sigue la vida de sus frágiles hijos, los dos niños Todd y Clayton, interpretados por Patrick Schwarzenegger y Dane DeHaan, las hijas adoptivas de Michael, Margaret y la problemática Martha, que tienen los rostros de la estrella de Game of Thrones, Sophie Turner y Odessa Young, y la hija de Kathleen, Caitlin, interpretada por Olivia DeJonge. Cada uno de ellos hace una importante contribución, por grande o pequeña que sea en términos de espacio, al gigantesco lienzo de The Staircase.
Nada más que elogios para The Staircase. Todo se transforma en un preciso estudio de la psique de un puñado de personajes en un fresco gótico americano con una poderosa dramaturgia tachonada de un reparto excepcional encabezado por Colin Firth.
¿Dónde ver The Staircase?
La miniserie está disponible en HBO Max.