[REVIEW] ‘Shrinking’ (Apple TV Plus): el poder de la terapia

No formarán parte del mismo multiverso, pero hay muchos puntos de contacto que unen a una serie aclamada como Ted Lasso con otra dispuesta a reservarse un lugar en el corazón de sus espectadores como Shrinking. No sólo la plataforma que los acoge (Apple TV+), ni siquiera el nombre de Brett Goldstein entre los de sus creadores y productores ejecutivos: como subrayaremos en esta crítica de Shrinking, son sobre todo sus protagonistas los que actúan como puente directo entre estos mundos, ambos surgidos de la fragua de Bill Lawrence.

Por un lado el entrenador Ted Lasso, por otro el terapeuta Jimmy Laird. Ambos son dos almas perdidas y solitarias, aunque rodeadas de verdaderos amigos, de afectos agradecidos. Son dos hombres que abandonan una dureza de espíritu sólo aparente, en favor de una fragilidad que nunca se oculta, sino que se revela lentamente, a pesar del orgullo, a pesar del miedo. Ted y Jimmy son dos polos del mismo planeta; son rocas con un núcleo fragmentado, hombres que luchan contra el fantasma de su propia soledad, desafiándola con el poder de una ironía totalmente ilusoria. Las sonrisas crispadas, el flujo rápido de chistes llenos de sarcasmo son sólo armas con las que intentar levantarse, cuando más que el humor, son los líos que recorren sus vidas y el calor que les rodea lo que actúa como punto de apoyo salvador para estos hombres. Y así Jimmy, incluso más que Ted, empezará a ver la luz desde el abismo de su propio sufrimiento, masticando frases llenas de realismo, y la caracterización de un terapeuta pequeño de tamaño, pero grande de corazón.

La máscara que cubre el rostro de Jason Segel en Shrinking es una máscara de comedia que intenta ocultar un rostro angustiado, pero destinado a revelarse para revestir cada episodio de un sentimiento de comprensión empática. Si fuera un helado, Jimmy sería uno de esos de sabor refrescante y dulce, pero que se dejan a baja temperatura para molestar a las encías demasiado sensibles con cada bocado. Sí, porque el de Siegel es un buen terapeuta, impecable en su trabajo, pero incapaz de aplicar sus habilidades psicoanalíticas sobre sí mismo; y así, para reducir las fracturas internas de un corazón que late a ritmo sincopado e irregular, hay otros terapeutas, otros amigos, otros familiares que, sin darse cuenta, activan un camino de recuperación afectiva y de confianza en sí mismo, y en los demás.

Shrinking no es sólo una serie: sus nueve episodios son niveles de acceso a un complicado juego de terapia colectiva que la convierte en una obra fuertemente humana, pero no estereotipada. Los problemas abordados, tratados o investigados son hijos del sufrimiento real de personajes verosímiles. Sin embargo, cuando se aleja de personajes compactos como los de Jimmy, Paul o la vecina Liz (una icónica Christa Miller) para centrarse en otros algo más débiles, por estar menos caracterizados y centrados narrativamente (pensemos en el amigo-abogado Brian, interpretado por el Michael Urie de Ugly Betty), lleva a la narración a empantanamientos repentinos. No obstante, entre guías más prudentes y otros dinámicamente comprometidos, Encogerse es una sesión terapéutica en la que los dolores y las alegrías de la pantalla se corresponden con los vividos en el exterior, en un abrazo sincero, honesto, secreto, como el que une a paciente y médico, actor y espectador.

¿Dónde ver Shrinking?

La serie está disponible en Apple TV+