[REVIEW] ‘The Haunting of Hill House’ no asusta, pero te angustia (y mucho)

Cada vez que alguien va a Fantasilandia, sabe que La casa del terror es el juego más aterrador y espectacular del parque. Y sin embargo, uno no puede entrar sólo una vez. Sí, definitivamente hay algo magnético en las casas encantadas, una extraña fascinación macabra que nos atrae irreparablemente. Y The Haunting of Hill House no es una excepción a la regla.

Una adaptación lejana de la novela de Shirley Jackson, publicada en 1953, esta miniserie en diez partes nos lleva de regreso a Crain Manor, tan suntuoso como sombrío. Aquí es donde Hugh Crain se llevó a toda su familia en la década de 1980. Con su esposa y sus cinco hijos, pensaron que pasarían días felices en esta enorme casa victoriana. Pero finalmente tuvieron una pesadilla. Tormentos siniestros, que llevaron a una tragedia. Treinta años después, los niños crecieron, pero claramente no olvidaron el trauma que aún los persigue.

Los fanáticos de la novela original seguramente tendrán dificultades para identificarse en esta nueva versión. Y por una buena razón, la serie de Netflix toma grandes distancias con el libro original. Al igual que con la película Hantise (de Jan de Bont), en 1999. Pero el creador, productor y director, Mike Flanagan, aún conserva la esencia de la novela: una ambigüedad permanente entre el horror real y la ansiedad de la imaginación. Aliño que da a cualquier historia de la casa encantada su nobleza.

Haunting Of Hill House
La familia Crain sufrirá en la casa embrujada

 

The Haunting of Hill House ocupa admirablemente este concepto utilizando su formato largo (en diez episodios de una hora), para probar un enfoque diferente. Un enfoque mucho más psicológico, que de hecho esconde un cautivador drama familiar. Porque se basa sobre todo en personajes fuertes, hermanos entrañables, encarnados por un reparto excelente (Elizabeth Reaser y Michiel Huisman, por ejemplo) y que se desarrolla a lo largo de los episodios.

Si esperan una historia con sustos de esos que ocurren de imprevisto (llamados coloquialmente como jump scare), The Haunting of Hill House los tiene, pero contados con los dedos de una mano. La serie construye lentamente su espantosa atmósfera alrededor de la familia Crain, mientras que suavemente deja crecer el misterio alrededor de esta extraña casa. Sin gore infame, escalada de violencia o miedo excesivo, Mike Flanagan se basa en un horror casi gótico, del tipo que deja la piel de gallina y no lo deja ir desde el primer hasta el último minuto. Basado en una bonita fotografía y hermosos paisajes, la serie de Netflix inculca en el espectador un miedo melodioso casi familiar. Por supuesto, The Haunting of Hill House no es la ficción más aterradora de todos los tiempos, pero no es esa su ambición. Ella solo está tratando de contarnos una angustiante historia de una casa encantada y embrujada.

The Haunting of Hill House ya está disponible en Netflix.