[REVIEW] ‘The Silent Sea’ (Netflix): Un potencial que no se logra
Cada semana el espectador tiene todo un amplio catálogo de novedades, nuevas historias que reclaman atención, que se pelean por intentar convertirse en el nuevo producto estrella o, simplemente, en una buena compañía para varias tardes. Y es un verdadero placer, ahora que la televisión -y en consecuencia la serialidad- ha cambiado tanto, poder elegir el propio horario y decidir, navegando por una enorme lista de títulos, qué ver. O, mejor aún, lo que queremos que nos digan. Son consideraciones que encontraremos al abordar esta serie de ciencia ficción que tiene una buena e incluso interesante premisa.
The Silent Sea comienza con la tripulación de una nave espacial entrando en pánico. Los motores no funcionan. El centro de control en la Tierra no responde a los intentos de comunicación. La protagonista de la historia, la Dra. Song, interpretada por Doona Bae, se despierta y recupera la conciencia. Una escena nos lleva al exterior: la lanzadera se ha estrellado en la superficie lunar. A su alrededor, el blanco terrestre de la Luna y el espacio negro del horizonte. Desde las primeras imágenes del tema musical, que es particularmente satisfactorio, podemos ver inmediatamente cómo el agua juega un papel fundamental en la narración. Un salto atrás en el tiempo explica de inmediato la situación y las premisas de la trama: en un futuro no muy lejano, la Tierra es asolada por una sequía. La hambruna mundial y la mortalidad infantil no son los únicos problemas: el agua potable queda relegada a los más ricos y pudientes, dejando a la mayoría de la población a su suerte. El Dr. Song, junto con el capitán Han y otros académicos y militares, son contratados por el gobierno para unirse a una expedición secreta. Su tarea consiste en viajar a la estación lunar de Balhae, donde cinco años antes una fuga de radiación acabó con los científicos que había dentro (incluida la hermana de Song), y recuperar una muestra de una sustancia desconocida. Una vez dentro de la estación, tras sobrevivir al accidente de la nave espacial, el grupo tendrá que averiguar qué ocurrió hace cinco años y qué amenaza acecha entre esas paredes.
The Silent Sea consigue captar la atención del espectador gracias a un universo que parece bien investigado y que parece hablar, en diferentes medidas, del mundo contemporáneo. La ausencia de agua, la desigualdad social, el misterio por resolver y el espacio desconocido son elementos que presuponen una historia convincente que pueda mantener la tensión.
Una buena historia es como el agua que sacia la sed. Aunque no tiene sabor, en épocas de hambruna se siente la necesidad de tenerlo e incluso se puede saborear. The Silent Sea no llega a convertirse en un trago que sacie la sed, tanto por sus competidores directos como por una puesta en escena (salvo algunos breves momentos) y una escritura demasiado alejada de la media general. Los momentos CGI, que querrían hacer la obra espectacular, saltan inmediatamente a la vista, debido a una producción -muy probablemente debido al escaso presupuesto disponible- que tiene al menos veinte años. Es una sensación que perdura a lo largo de toda la experiencia de visionado, la de asistir a una forma anticuada de concebir una historia, aunque la división en episodios no influya tanto. The Silent Sea es una larga película de casi ocho horas que apenas justifica su duración.
La serie coreana tenía una buena premisa, con un fuerte potencial, pero no se desarrolló especialmente en favor de una historia demasiado predecible y demasiado larga en comparación con lo que pretende contar. Los dos personajes principales sobresalen de un reparto anónimo que la escritura no consigue potenciar. Incapaz de enganchar realmente, The Silent Sea no encuentra una voz real, dejando al espectador indefenso.
¿Dónde ver The Silent Sea?
La serie está disponible en Netflix.