Desde hace varios años, Netflix emite series surcoreanas (o K-Drama) dirigidas principalmente a un público de nicho. Hoy, todo ha cambiado, y el país de la calma matinal se ha convertido en el nuevo Eldorado de la pequeña pantalla, gracias al gigante americano. Pensamos, obviamente, en El Juego del calamar, la serie original más vista del mundo en 2021 y en la historia de Netflix, pero también en otros éxitos recientes como Hellbound, My Name o The Silent Sea. Este año, Netflix acelerará aún más el ritmo con la emisión de cerca de 25 nuevas series surcoreanas, cuya producción se ha visto facilitada por la creación de un estudio especializado en Seúl.
En 2021, según Variety, la plataforma había invertido casi 500 millones de dólares en la producción asiática. Este año, esta cifra podría duplicarse con la llegada de nuevas series. Entre las próximas obras de gran potencial están All of Us Are Dead -una serie de zombis ambientada en un contexto universitario-, una adaptación local de La Casa de Papel, el thriller Seoul Vibe, que tiene lugar durante los Juegos Olímpicos de 1988 en la capital surcoreana, un drama sobre la amistad llamado Thirty-Nine, y un romance BDSM en Love and Leashes. En definitiva, habrá para todos los gustos, como ya ocurrió en 2021 con el survival, el horror fantasy y la ciencia ficción.
Las series surcoreanas tienen un gran éxito internacional, como demuestra el ejemplo de Squid Game. El battle royale encabezó el top 10 de Netflix en casi 94 países, con una cuota de audiencia del 95% de los espectadores del extranjero (es decir, fuera de Corea del Sur). Según Don Kang, responsable de los contenidos surcoreanos en Netflix, fue el éxito de Squid Game lo que hizo que los abonados quisieran descubrir otras producciones locales como Hellbound y The Silent Sea. Un efecto bola de nieve que no parece detenerse mientras la calidad siga siendo alta.