El regreso triunfal de ’31 Minutos’

TVN hizo la mejor movida que pudo, programó 31 Minutos para los sábados a eso de las 22.05 hrs, compitiendo casi en la mitad de la emisión con Morandé con compañía y con que quiera que sea lo que estén dando en Chilevisión-inserte aquí aleatoriamente El teatro en Chilevisión, Infieles, o alguna serie que contenga muchos garabatos y sexo-.
Claro está que 31 Minutos se convirtió en un programa de culto cuando el público volvió a comprender lo grande que era tras pasar por el festival (no es que Viña 2014 haya sido una maravilla, pero nos recordó lo entretenido que eran esos títeres). Puede que el público infantil actual solo consume televisión extranjera y por eso dicen ‘banana’ en vez de ‘plátano’, ‘melocotón’ en vez de ‘durazno’ y ‘sudadera’ en vez de ‘polera’ y es por ese motivo que 31 Minutos pareciera transversal, pero está claro que su humor apunta también a los más crecidos, al hacer que parte de la trama del capítulo sea de la restauración de la Monalisa versión fail, tal como sucedió con Cecilia Giménez, española que hizo un art attack en el Ecce Homo de Borja y también de los ‘programas’ de madrugada de concursos donde la gente debería llamar y completar una sopa de letras o puzzle.

La clave está en que el fondo del humor va dirigido a los grandes, pero la forma sirve para todas las edades. Tengo claro que no descubrí nada nuevo al plantear ésto, pero escribirlo hace que al leerlo suene bien.
Cuando yo veía 31 Minutos iba en Enseñanza Media y era súper popular. Anoche lo vi con mi papá-que siempre le ha gustado tanto ver tele como a mí-y nos gustó. Ilusa pensé que el ranking top de Policarpo repetiría las canciones de antaño, pero tenía una pulsión de que eso no debería suceder y-bacán tu sorpresa-lanzaron 3 canciones nuevas, donde como es usual, escuchamos un par de segundos y presentaron el hit super oreja-chistoso y real también- «mi mamá lo teje todo».

Ojalá los capítulos siguientes sean tan buenos como el debut de la cuarta temporada y nos sigan sorprendiendo con cosas tan cotidianas, como la cesantía de una manguera a causa de los regadores automáticos y el reality «El refrigerador de Patana», donde muchos nos sentimos identificados.