La compleja serie Dark tendrá su segunda temporada disponible en Netflix a partir del próximo día 21. La trama relata los acontecimientos de 1953, 1986 y 2019, es decir, siempre con un intervalo de 33 años, y que tienen lugar en la pequeña ciudad alemana de Winden, una región que alberga una central nuclear. Y una nueva era se insertará en el suspenso.
En la primera temporada, las historias de cuatro familias -Kahnwald, Doppler, Tiedemann y Nielsen- se entrelazaron de alguna manera en las tres estaciones. Las claves de esta conexión fueron básicamente tres personajes: el pequeño Mikkel Nielsen (Daan Lennard Liebrenz) -desaparecido en 2019 y reaparecido en 1986-, Jonas Kahnwald (interpretado como adolescente por Louis Hofmann y, como adulto, por Andreas Pietschmann) y el misterioso y cruel sacerdote Noah (Mark Waschke).
En la segunda temporada, una nueva era se incorpora a la historia: el año 2052, que muestra el futuro de Jonás. Pero también revela un Winden distópico, probablemente devastado por un accidente nuclear. Pero eso es sólo una suposición, como todo lo demás en la trama alemana, que mantiene y fascina a los aficionados precisamente por el misterio y por dejar pocas pistas sobre lo que puede haber pasado o lo que va a pasar.
Poco después del final de la primera temporada, se formaron numerosos foros de discusión en Internet para tratar de descubrir algunos puntos. Como la razón de los viajes en tiempos de Noah, la razón del suicidio del padre de Jonas y la desaparición de los adolescentes, que reaparecen muertos y con los ojos y los oídos quemados. Estas y otras preguntas impregnan la obra, pero es posible que comiencen a aclararse en los próximos ocho episodios.
«La segunda temporada está más centrada en Jonas. Pero eso no significa que los otros personajes no serán contemplados. Incluso habrá nuevos personajes que explicarán aspectos que aún no han sido explorados»
dijo el guionista Jantje Friese, en una entrevista al sitio británico especializado en entretenimiento Digital Spy. Según Friese, todo está bien mapeado en su cabeza y en la del director Baran bo Odar. Pero a veces incluso se sorprenden por el resultado de algunos personajes y secuencias.