La nueva serie original de FX es una de esas que trata de ser algo más que entretenimiento, pero no desde la soberbia, sino porque es un ejemplo más de las historias que, hasta ahora, han interesado contar a su creador, Alex Garland.
Comienzo con esa descripción porque Devs es de esos productos que no es tan fácil de calificar como “bueno” o “malo”. Para mi es buena, porque me interesa la reflexión que propone, sin embargo, entendería completamente que haya -muchas- personas que la consideren mala o aburrida. Me parece que una de las mejores formas de saber si te interesará o no es conociendo las características de los trabajos anteriores de su creador.
Un poco de Alex Garland: Ex Machina y Annihilation
Lo primero sobre el direcor británico es que se ha enfocado en la ciencia ficción. Si bien ha declarado que le interesa explorar otros géneros, sus experiencias como creador se enfocan en discutir sobre tecnología(s) y comportamiento humano.
Por una parte está Ex Machina (2014), que cuenta la historia de Caleb (Domhnall Gleeson), un informático que gana el concurso de su empresa que le permite conocer al fundador, Nathan (Oscar Isaac). Estando en su casa el personaje de Isaac le confiesa que logró crear a la primera forma de inteligencia artificial, Ava, y que él (Caleb) fue seleccionado para interactuar con ella durante una semana y definir si realmente era (o no) un ser consciente.
De ahí en más la película reflexiona sobre por qué, de forma natural e innegable, los androides son el siguiente paso en la evolución; además de la escasa trascendencia que el humano tendrá hacia el futuro. Esto, mientras la interacción entre los tres personajes deambula entre sospechas, misterios e intenciones poco claras.
Y por otra parte está Annihilation (2018), cinta que se vio en pocos cines y que finalmente fue estrenada directamente en Netflix. En este caso, la historia es sobre un grupo de científicas que deben adentrarse en un terreno que ha tenido un extraño cambio. Luego de la caída de un meteorito, el ecosistema alrededor del cuerpo celeste comienza a mutar, generando la muerte de unas formas de vida (árboles, plantas) pero el surgimiento de otras nuevas que nacen del entrecruzamiento de lo nuevo con lo viejo.
Como pasa con un tumor, este fenómeno se va expandiendo y cada vez abarca más, por lo que ante la posibilidad de que encuentre una ciudad, las fuerzas militares envían equipos a investigar. Protagonizada por Natalie Portman, la cinta plantea diferentes discusiones según las experiencias (y miedos) que van mostrando sus protagonistas. Entre las ideas fuertes, está el entendimiento de que, considerando que nada se destruye, sino que se transforma, lo que es malo (o letal) para unos es inevitablemente bueno para otros.
La estética de Alex Garland
Historias que hablan de lo anterior debe haber por montones, sin embargo, algo que caracteriza el trabajo de este autor es que acompaña sus relatos de paisajes naturales a gran escala. En ambas películas (y también en Devs) la mayoría transcurre en praderas o montañas que tienen construcciones en ellas. Lugares aislados, donde los protagonistas tienen tiempo, espacio y estímulos que le permiten trabajar científicamente y pensar filosóficamente. A razón de lo mismo la mayoría son personas exitosas y/o multimillonarias, porque ese tipo de construcciones no las puede pagar cualquiera.
En el caso de Annihilation se nota mucho más, porque parte de la trama gira en torno a la mutación del espacio natural, pero en el caso de Ex Machina lo que vemos más es una interacción entre una casa sofisticada, pulcra y/o elegante (mucho vidrio y mucho blanco, negro o gris) insertada entre árboles y canales de agua. Esta última característica es muy similar a lo que vemos en Devs, con el trabajo desde oficinas que están aisladas del resto de la sociedad. Para las historias que cuenta Alex Garland, este tipo de fotografía permite crear el ambiente de algo que es tanto futurista como humano. Algo profundo y significativo.
Entonces … ¿cómo es Devs?
La respuesta que me parece más adecuada es: igual a las otras historias de la familia Garland. Describirla es lo mismo que hablar de lo ya dicho: el dueño de una multimillonaria empresa informática tiene un departamento (Devs) cuya función es desconocida, donde solo pocas mentes logran trabajar y mantenerse. Las oficinas están alejadas de la ciudad, y se muestran como construcciones arquitectónicamente atípicas, con colores brillantes o planos, que envían el mensaje de que se está ante algo “diferente”, futurista y natural a la vez.
En este caso, las discusiones de los personajes se relacionan mucho con los patrones en la naturaleza, el determinismo y la física que rige todo lo existente. El énfasis está en cómo toda improvisación o libre albedrío es en realidad la ilusión que se genera por desconocer esta ley natural: que la existencia, y por lo tanto nuestras vidas, están determinadas y prestablecidas, como el movimiento de un tren que solamente puede seguir las líneas en las que se encuentra.
A diferencia del cine, en este caso Garland dispone de ocho horas para contar su historia, por lo que vemos más situaciones y elementos que convergen. La investigación que hacen en Devs la vamos conociendo a medida que pasan los capítulos, esto porque las consecuencias de un evento ocurrido en el primer episodio avanzan y nos acercan cada vez más a la verdad de lo que se hace en el proyecto super secreto. De esta manera, alternamos entre avances tecnológicos que podrían redefinir la manera en que entendemos la existencia misma, y una mezcla de conspiraciones y secretos que buscan protegerse a toda costa. Con respecto a esto último, debo decir que me recuerda mucho a la sensación que genera Mr. Robot.
Entrar en más aspectos de la trama implicaría revelar detalles que probablemente prefieran descubrir viendo la serie, pero sí puedo adelantarles que se encontrarán con preguntas y planteamientos que, una vez más, llevan a un nuevo nivel los cuestionamientos sobre lo humano, lo existente y lo real. Ideas que no se entienden a la primera, pero que sí son desarrolladas con un lenguaje cercano y entendible.
En conclusión, me parece que Devs es una serie interesante, que en los cuatro capítulos (de ocho totales) vistos para escribir esto ha entregado ciertos destellos del misterio que quiere presentarnos pero que también demanda nuestra paciencia para verla. El viaje puede ser lento y denso, pero es así para discutir ideas o conceptos que no manejamos o no consideramos en nuestro diario vivir. Puede que no sea una serie que entretenga (en el entendido de una sensación placentera y momentánea), pero sí es una que propone; lo que siempre se agradece.