[REVIEW] ‘Teenage Bounty Hunters’: Juicio a la iglesia católica disfrazada de serie juvenil

Una de las «ventajas» que tiene Netflix es que cuando cancela un buen drama adolescente crece otro casi instantáneamente. Acá te presentamos una estructura un tanto distinta, y original, a lo que ya hemos visto antes.

Las hermanas Sterling (Maddie Phillips) y Blair (Anjelica Bette Fellini) descubren la pasión por la caza de recompensas después de tropezar con uno de ellas, Bowser Simmons (Kadeem Hardison). El jefe cazarecompenzas acepta enseñarles los trucos del oficio, pero deben mantener sus actividades en secreto. Y hacer de perfectas colegialas en su escuela católica y con su familia.

Creado por Kathleen Jordan y producido por Jenji Kohan (Orange Is The New Black, GLOW), Teenage Bounty Hunters nos trae a personajes femeninos muy fuertes y algo malvados. No tienen superpoderes, pero es imposible no pensar en una cierta Cazavampiros en la forma en que las dos hermanas nockean los que intentan escapar de la justicia.

La originalidad de Teenage Bounty Hunters no se basa tanto en la misión secreta de las dos hermanas (aunque no es frecuente encontrarse con cazarrecompensas de 16 años en la vida real), sino en la elección del lugar y el entorno social. La mayoría de las series que combinan personajes femeninos, acción y humor presentan a jóvenes mujeres blancas de clase media americana. Bueno, aquí siguen siendo blancas, pero viven en Atlanta, Georgia, en el sur de los Estados Unidos, en una familia cristiana y acomodada. Esto significa que temas como las armas, los anticonceptivos o el sexo antes del matrimonio se ven ligeramente afectados. Y sin embargo, desde los primeros minutos, la serie marca la pauta: todos estos temas serán tocados, y no sólo un poco.

Descubrimos a Sterling, una bonita rubia convenciendo a su novio con frases reinterpretadas de que hacer el amor antes del matrimonio es algo aceptado por Dios. Y es ella y no su hermana Blair, supuestamente la más rebelde de las dos y la menos involucrada en las actividades evangelizadoras extracurriculares, la que tendrá la primera de las relaciones sexuales. Las dos adolescentes cuestionan las prohibiciones sexuales o la atracción por una persona del mismo sexo, cuestionando no la esencia de la religión católica (basada, según ellas, en el altruismo y la escucha) sino la interpretación distorsionada y anacrónica que la Iglesia y lo que su rebaño hacen de ella.

Este es el argumento de toda la serie, que quiere mostrar que el problema no radica en los escritos católicos, sino en su aplicación, que con demasiada frecuencia se convierte en intolerancia, y en la forma de privilegiar un texto o apóstol más estricto que otro. «Odio al apóstol Pablo», admitió Sterling en un momento de la serie.

El humor sigue siendo el punto fuerte de la serie, así como su pie izquierdo! Queremos seguir por segunda temporada las aventuras de estas jóvenes en plena construcción, empoderadas por sus incipientoes actividades de cazarecompenzas.

¿Dónde ver Teenage Bounty Hunters?

La serie está disponible en Netflix.