La cada vez menor presencia de Connor en ‘Succession’ tendría un motivo
En la tercera temporada de Succession, Connor Roy sigue acechando en las sombras. «Por el dinero. El dinero es Dios en esta familia», resume el actor Alan Ruck en una entrevista con TVLine. Sin embargo, se intuye que podría tener un papel importante en los próximos episodios. Sobre todo si consigue posicionarse como un candidato creíble para las elecciones presidenciales estadounidenses.
«Realmente no tiene una agenda. Es lo que está en su mente cuando está en su mente«, dice Alan Ruck y agrega:
«Su agenda es muy flexible. En la segunda temporada, Maxim le pregunta si puede nombrar a un miembro de la comisión de la Cámara de Representantes en el Congreso, y él no tiene ni idea. Pero no es un asunto que le preocupe. Se dice a sí mismo que verá en el camino. Que se produzca por sí solo. Que habrá gente que le ayude. Su objetivo es eliminar todos los impuestos…»
Mientras esperamos a ver si su mensaje es escuchado por el pueblo, Connor Roy permanece al margen de la familia. Y si se ve fuera de lugar, es porque se siente «absolutamente excluido». ¿Por qué? ¿De dónde viene su diferencia?
«Logan se divorció de la madre de Connor cuando éste tenía unos 8 años, y no vio a su padre durante años, en realidad. Entonces vivía con su madre, de la que descubrimos que tenía problemas mentales. Así que no fue una infancia feliz. Y entonces Logan se casó con Caroline y tuvo estos tres hijos excepcionalmente brillantes, malvadamente nacidos con una cuchara de plata en la boca, mocosos. Y creo que Connor ha sido el centro de las burlas y las mofas de sus hermanos desde que eran pequeños. Es decir, tal vez cuando tenían 10 u 11 años, pensaban, ¿y si le prendemos fuego a Connor como una broma? Así que sí, siempre ha sentido que ha estado llamando a la puerta para conseguir un puesto. Creo que Connor siente un verdadero afecto por sus hermanos. En algún nivel, tal vez ellos también lo amen. Pero ya sabes, todo el mundo es tan egocéntrico en esta familia. No es la prioridad de nadie…»
Una infancia dolorosa, un lugar imposible de encontrar en los hermanos, y también una juventud desfasada, si hemos de creer a Alan Ruck. El actor nos cuenta la «historia de fondo» que ha inventado para su personaje:
«El creador, Jesse Armstrong, me dio algunas pistas sobre quién era mi madre, el hecho de que ahora está muerta. Me tocó dibujar la infancia y la juventud de este tipo en ese contexto. Deduje que cuando fue a la Universidad de Illinois, en los años 70, había un grupo de frikis llamado The Society for Creative [Anachronism]. Se vistieron como señores y señoras de la época medieval. Intentaban hablar entre ellos en un inglés arcaico. Creo que a Connor le habría gustado algo así. Y luego Connor lee mucho. Pero no lee nada actual. Lee a Marcel Proust o a Dostoievski. Cosas que ya han sido validadas y luego dice: ¡Oh, es un libro fabuloso! De hecho, yo mismo leí El idiota de Dostoievski porque sentí que Connor se relacionaría bien con el Príncipe Myshkin. Pero si el Príncipe Myshkin es una especie de figura parecida a la de Cristo, entonces tal vez Connor es sólo un idiota…»