Escenarios colosales, cientos de extras y un juego de matar a tamaño real que ha conquistado a los suscriptores de Netflix de todo el mundo. Squid Game se ha enfrentado a grandes retos desde que llegó a Netflix el 17 de septiembre. Y está claro que la producción de la primera temporada, que costó unos 21,4 millones de dólares fue el mayor de esos retos.
En declaraciones a The Hollywood Reporter, el creador, guionista y director de la serie coreana, Hwang Dong-hyuk, ha hablado de la creación del mayor éxito de la historia reciente de Netflix.
Como sabemos, Squid Game presenta a concursantes en una situación económica más que precaria que deben competir en seis juegos, cuyo resultado, si pierden, es fatal. Visualmente, la producción se ha esforzado mucho en los decorados, la mayoría de los cuales se han construido en estudios. Sin embargo, el juego más difícil de rodar para Hwang Dong-hyuk no fueron las pasarelas de cristal situadas a decenas de metros del suelo, ni las canicas en las que se reconstruyó un pueblo entero. Como confiesa el creador, fue de hecho el primero, el del «Luz verde, luz roja».
Los diez miembros del reparto principal estaban rodeados por unos 300 extras y 20 expertos en artes marciales. Rodado en un gran espacio, con algunos fondos azules, este juego es también el que, sin duda, ha dejado más huella en las retinas de los aficionados. Pero más que un reto técnico, fue sobre todo un gran punto de presión para el creador y el director:
«Era el primer juego, pero también uno de los primeros días de rodaje, y teníamos que hacerlo bien porque sería la primera impresión que dejaríamos en el público. Fue un reto tanto físico como psicológico. El impacto tenía que ser lo suficientemente fuerte como para que la gente quisiera continuar la serie. Llevaba diez años imaginando esta historia y darle vida… Esa secuencia fue realmente un gran reto a todos los niveles».
La primera temporada de Squid Game está disponible en Netflix.