Euphoria nos sumergió en un mundo caótico y disoluto de sexo y adicciones de todo tipo. Con su profunda investigación de los delicados conflictos internos de la Generación Z, ha sido capaz de demostrar no sólo una excelente calidad técnica, sino también una gran sensibilidad de escritura, confirmada por la creación de personajes no estereotipados, psicologías complejas y situaciones muy emotivas.
Este domingo 9 de enero se estrena, por fin, la segunda temporada. Del final de la primera han pasado más de 2 años (Específicamente, el último episodio fue puesto al aire el 4 de agosto de 2019) y es por eso que la mente es frágil y queremos recordar lo que pasó en los episodios finales.
CUIDADO: Desde acá hacemos spoilers del final de la primera temporada
El último episodio de Euphoria entrelaza los hilos de la mayoría de los acontecimientos narrados a lo largo de la temporada. El polo magnético de este relato coral parece ser el baile estudiantil, al que asisten Rue y sus compañeros. Las tramas y subtramas aquí tratan de llegar finalmente a una conclusión, reforzada por flashbacks que nos ayudan a entender cómo cada figura del juego está tratando de remediar sus problemas.
Tras ser hospitalizada por una infección renal, provocada por la ida de Jules (Hunter Schafer), Rue parece haberse recuperado, gracias en parte al regreso de su amiga a la ciudad. Los dos deciden asistir juntas al evento estudiantil.
El encuentro entre Nate (Jacob Elordi) y Maddy (Alexa Demie) da lugar a un flashback en el que se nos muestra de nuevo toda la toxicidad de su relación y la reciente confusión sexual del chico. Los rumores sobre su presunta homosexualidad han hecho correr la voz en la escuela, sumiéndolo en una nueva crisis personal, debido también al fuerte vínculo que siente con Jules, a quien chantajea, pero también al objeto de sus pensamientos. La historia de Nate termina con un vistazo a su compleja relación con su padre (Eric Dane), hecha de violencia, presión psicológica e intimidación. En una escena entre ambos, vemos cómo el prepotente y seguro de sí mismo Nate muestra miedo durante su enfrentamiento con el hombre, lo que podría sugerir la posibilidad de un acoso familiar en el pasado. Nada confirma esta hipótesis, que podría ser simplemente una interpretación, profundizada o desmentida en el curso de la segunda temporada. Lo que sí es cierto es el fuerte impacto que las películas pornográficas de su padre tuvieron en Nate mientras crecía.
El personaje de Cassie (Sydney Sweeney) también se explora en profundidad en el último episodio de esta primera temporada: los flashbacks nos muestran la difícil decisión que tomó tras descubrir que estaba embarazada de Chris (Algee Smith). Euphoria nos muestra con gran tacto los momentos en el hospital, los detalles del procedimiento de aborto, deteniéndose con gran delicadeza en el miedo y la incertidumbre de la joven.
Abrumada por su nueva carrera como dominatrix en páginas web porno, Kat (Barbie Ferreira) consigue poner algo de paz en su confusa interioridad gracias a Ethan (Austin Abrams), que le confiesa sus sentimientos y le promete una relación basada en el respeto.
El cuidadoso análisis de Euphoria no ahorra personajes ajenos al baile de graduación: Fezco (Angus Cloud), un traficante de drogas amigo de Rue, se encuentra en una situación desesperada porque el sapeo de Nate les obligó a él y a su hermano a deshacerse de toda la droga y a renunciar a sus beneficios. Sin embargo, Mouse, un importante y peligroso personaje del mundo del narcotráfico, exige el dinero y Fezco se ve obligado a realizar un robo a mano armada al proveedor de Mouse.
Sin embargo, el foco de atención se centra en Rue y Jules, una pareja que se ha convertido en el centro de la narración. Su relación es cada vez más estrecha, pero también extremadamente compleja. Aunque se sienten más que amigas, Rue se niega a abandonar la ciudad con Jules, sintiendo el peso de la responsabilidad por su familia.
El final de temporada, estructurado en torno a una secuencia de cierre realmente notable y estéticamente inquietante, parece reflejar la sensación de desorientación de Rue. Una vez de vuelta a casa, el dolor y el sentimiento de culpa por haber dejado marchar a Jules la llevan a consumir drogas una vez más. La vemos levantarse de la cama en una especie de viaje y recorrer la casa con recuerdos del pasado. Los últimos minutos de Euphoria la muestran cantando y bailando en la calle con un coro de gospel, en una especie de musical bizarro. Una escena que podría ser simplemente una metáfora del alejamiento de la joven de las drogas y de su posterior descenso a las tinieblas de la adicción, o plantear preguntas sobre los efectos de una nueva sobredosis. No es fácil atribuir el significado correcto a este largo y magnético final, ya sea un capricho estético del director (bellamente realizado) o la muerte del protagonista.