Cuando la vía llega al final de la línea, la velocidad disminuye y los frenos chirrían, el tren de movimiento perpetuo -que ha permitido la supervivencia de la humanidad- se prepara para terminar su carrera eterna.
Unos meses después de la conclusión de la tercera temporada, llega la triste noticia de que los próximos episodios, actualmente en producción en Canadá, marcarán el epílogo de los acontecimientos narrados en Snowpiercer.
La serie, basado en la película homónima de Bong Joon-ho de 2013, basada a su vez en la novela gráfica de 1982 de Jacques Lob y Jean-Marc Rochette, transporta al público a un futuro distópico, en el que el mundo se ha convertido en un largo páramo helado, y los pocos supervivientes viven a bordo del tren Snowpiercer.
En movimiento perpetuo, la locomotora realiza un viaje incesante alrededor del mundo, mientras que en su interior prevalece un régimen clasista, en el que los pasajeros más ricos ocupan los vagones delanteros disfrutando de todas las comodidades disponibles, mientras que los pobres, que van estibados en la parte trasera, intentan sobrevivir con pocos medios a su disposición. Sin embargo, esta cruel división está destinada a provocar una revuelta que cambiará el statu quo para siempre.
