[REVIEW TEMPORADA 2] Servant: lúgubremente sin respuestas
Ver o no ver algo o a alguien mientras los violines chirriantes componen la atmósfera de una casa perturbadora. Una vez más, Servant insinúa en la mente del espectador un futuro cercano que podría quedarse en mera sugerencia. Con los primeros episodios de la segunda temporada, la serie de televisión de M. Night Shyamalan y Daniel Sackheim asume la responsabilidad de un juego que no responde a casi ninguna pregunta, pero que plantea nuevas e inquietantes interrogantes: ¿existe el bebé? ¿Es Leanne una niñera normal y corriente o esconde algo?
En el manto de niebla que envuelve el entorno cerrado de la casa/fortaleza, la sombra de los vínculos empuja la narración cada vez con más fuerza hasta crear una grieta que tiene el sabor de lo sobrenatural. Servant existe en la zona fronteriza entre lo acogedor y lo reacio, una elección convenientemente claustrofóbica que agrava la tensión en cada interacción: casi toda la acción tiene lugar en el interior de la siempre oscura, y de varios niveles, casa Turner de Filadelfia. El mundo exterior llega vía satélite, a través de videollamadas y de los noticieros en la gran pantalla del salón. Cuanto más tiempo permanezcas encerrado, más difícil será distinguir entre la realidad y la construcción fantasiosa, el comportamiento racional y el puro absurdo.
Servant, en su nueva temporada, se nutre de latigazos, estirando la angustia hasta el límite y luego doblando juguetonamente los nervios tensos del espectador como si fueran muchas cuerdas de piano. Al igual que la angustiosa crisis nerviosa de la madre Dorothy (Lauren Ambrose), cuya frágil estabilidad mental la lleva a vivir en su propio mundo de Oz y a llenar frenéticamente los silencios con falsos brillos, los demás miembros de la familia alternan sus emociones entre la ansiedad por su estado mental y la habilitación de su fantasía.
Como parte de su esfuerzo por localizar a Leanne (Nell Tiger Free), surgen situaciones absurdas que aportan una nota de humor a la narración. Momentos brillantemente divertidos que se necesitan desesperadamente, como para infundir un sentido de reflexión entre los diversos personajes; un tono complejo de lograr en una serie de televisión tan oscura, pero que el conjunto maneja con destreza.
Al fin y al cabo, el dolor no se resuelve, y esta temporada Servant explora el sufrimiento de los personajes con mayor profundidad. Leanne es una figura misteriosa, puede tener poderes sobrenaturales indefinidos, pero también ser simplemente una joven marcada por un entorno duro y obsesivo. Mientras que Sean (Toby Kebbell) ha estado tan consumido por la crisis emocional de Dorothy que no ha experimentado realmente sus propias emociones y lo compensa con actos de tierna locura.
¿Dónde ver Servant?
La serie está disponible en Apple TV+