La carrera en la primera temporada de The Morning Show fue el oro olímpico. Empezó de puntillas, luego cogió el ritmo y se metió de lleno en un final de temporada explosivo. No había nada fuera de lugar en esta serie de televisión. Fuertemente anclado a la tormenta social que ha azotado el mundo del espectáculo, hasta el punto de convertirse en el megáfono de una reivindicación femenina que demasiado a menudo se mantiene en secreto, The Morning Show partió del movimiento #metoo para crear una obra magistral, atractiva, conmovedora y explosiva.
Y explosivo (como también nos recordó Jennifer Aniston en el final de The Morning Show) fue también el desgarrador epílogo que marcó el punto de inflexión y la transición entre la primera temporada y la segunda. Una deflagración tras la cual cada personaje se ve ahora obligado a recoger cada fragmento y cada pieza. Y sin embargo, por lo que hemos podido comprobar, parece que a algo le falta el sprint adecuado que lleve a la serie desarrollada por Kerry Ehrin a seguir la estela dejada por la temporada anterior.
Este nuevo capítulo de la serie se inicia con una noche de gran valor simbólico. Detrás de la elección de fijar esta especie de rito de paso el 31 de diciembre de 2019 se encuentra no sólo el deseo de dejar atrás todo el sufrimiento vivido por la cadena de televisión UBA.
Pero también existe la intención de mirar hacia un año, 2020, que traerá muchos cambios, esta vez a nivel global. Alex ha abandonado los estudios de televisión y se ha escondido en el frío de Maine, mientras que Bradley intenta abrirse camino hacia un programa que no parece quererle en absoluto. La sombra de Mitch y las acusaciones de acoso siguen persiguiendo estas vidas, con repercusiones revolucionarias en la esfera personal y profesional de los protagonistas. El resto está por ver, pero como ya hemos adivinado, habrá muchos giros y nuevos actores en The Morning Show 2, aunque quizás no en la misma medida impactante que sus predecesores.
Viviendo del legado del éxito de la primera temporada, este nuevo capítulo de The Morning Show. Aprovechando la participación afectiva establecida a lo largo del tiempo, nos acercamos a estas vidas ya conocidas, hechas nuestras, más por mera curiosidad que para seguir la evolución de un núcleo narrativo que aún parece faltar. Impulsados por un sentimiento de voyeurismo, queremos espiar en las vidas de Bradley, Alex y Cory, para descubrir cómo han cambiado sus vidas a la sombra del fantasma de Mitchel (Steve Carell), aquí ausente físicamente, pero claustrofóbicamente presente en los recuerdos de sus antiguos compañeros.
Los guionistas aprovechan esta sed de curiosidad, centrándose en las dinámicas de trabajo que rodean a los estudios de la UBA, volviendo la mirada hacia las consecuencias que la bomba lanzada al final de la primera temporada tuvo sobre cada personaje amado, odiado, estudiado en los episodios anteriores. Sin embargo, falta algo que hace que el corazón lata más rápido en este cuerpo hecho de pantallas, cámaras y teléfonos móviles que suenan sin cesar.
Lo que falta es el tema principal sobre el que construir, episodio tras episodio, este segundo templo de la historia de la televisión. Estética y visualmente impecable, con una dirección empática y un montaje que enfatiza la cercanía y el distanciamiento que marcan las relaciones entre los distintos personajes, The Morning Show 2 respira confusión en su linealidad narrativa.
Su mayor preocupación es la ausencia de un vínculo directo con nuestro mundo contemporáneo. Apenas insinuado aquí, el espectro de Covid probablemente se abordará en el transcurso de la temporada. Se pierde el equilibrio perfecto entre dramatismo e investigación escandalosa que hacía única a esta serie. La impresión de que estamos a punto de enfrentarnos a una narración que aún no está completa y que está atascada en su estado de gestación. Lo único que podemos hacer, por tanto, es esperar. Y quién sabe si, una vez que hayamos pasado esa cámara y el letrero en el aire, Alex y Bradley volverán para llevarnos de la mano y lanzarnos a un abismo entre los acontecimientos personales y las conexiones impactantes con nuestro mundo contemporáneo, en un pasaje continuo entre lo real y lo ficticio, el sueño y la pesadilla, lo imaginado y lo vivido.
¿Dónde ver The Morning Show?
La serie está disponible en Apple TV Plus