Olive Kitteridge: por qué ver la miniserie ganadora

La entrega de los Premios Emmy 2015 dejó un gran ganador absoluto: HBO. El canal de cable logró que tres de sus producciones arrasaran en los reconocimientos de sus correspondientes categorías. La popular Game of Thrones fue capaz de imponerse entre las series de drama, dejando en el camino a otras series consolidadas como Mad Men. Veep hizo lo mismo entre las comedias, ganándole a la temporada final de Parks & Recreation o a la siempre favorita Modern Family. En la categoría de miniseries y películas para televisión, Olive Kitteridge arrasó logrando ocho premios de ese formato, entre los que destacan: Mejor miniserie, Mejor actriz, Mejor actor, Mejor actor de reparto y Dirección. Pero independientemente a los premios obtenidos y de la buena recepción que ha tenido entre los críticos, Olive Kitteridge es una miniserie de gran peso narrativo y con una historia a la que vale la pena dedicarle algunas horas.

La serie es una adaptación de la novela homónima escrita por Elizabeth Strou, quien obtuvo el Pulitzer en 2009 por la obra original. Durante noviembre de 2014, HBO emitió en dos tandas los cuatro capítulos de una hora que componen la miniserie; esta fue dirigida por Lisa Cholodenko y tuvo como productora a su propia protagonista, Frances McDormand.

La primera escena fija claramente el rumbo que tendrá la serie: Olive (Frances McDormand, Fargo), una mujer ya mayor, se interna en un otoñal bosque cargada de un chal, un sobre de papel dirigido a “whom it may concern«, su radio y un revólver. Tras esta escena se abre un racconto que nos sitúa veinticinco años atrás para narrar la historia de esta profesora de matemáticas que vive junto a su marido, Henry (Richard Jenkins, Six Feet Under), un farmacéutico que atiende su propia tienda en el centro de la ciudad. La pareja está lejos de acercarse a cualquier ideal de romanticismo y cariño. La dureza, rigidez y frialdad de Olive rememoran fácilmente ese arquetipo de profesora de matemáticas que todos odiamos alguna vez, y que contrasta totalmente con la dulzura y dedicación que Henry entrega a todos quienes le rodean. Pero esta no es una serie sobre las relaciones de pareja ni tampoco sobre la depresión. Los cuatro capítulos aparecen cruzados por la complejidad de las relaciones humanas -en especial con la familia- los arrepentimientos, la responsabilidad y las posibilidades de la felicidad. Dentro de todo el drama hay espacio para el humor negro, cuya fuente principal es el personaje de Jack (Bill Murray), un escritor viudo que tampoco destaca por su amabilidad.

La serie permite conocer a los personajes secundarios y abrir líneas sin perder el centro de la trama, construyendo personajes sólidos. Es un drama completo e intenso, que tiene personajes redondos sin caer en sentimentalismos ni permitirse giros sorpresivos que le hagan perder la credibilidad. Si pudiera repartir jumbitos, sin duda los daría todos para esta serie, que en IMDB está valorada con un 8,4/10 y en Rotten Tomatoes con un 96%.