[Review] Castle 8×15 – Fidelis at mortem

Podríamos calificar a Fidelis at mortem como uno de los mejores capítulos de la temporada, en el que se nota un buen trabajo de guión y de actuación, lo que se vio acompañado por mucha acción.

Por un lado, tenemos el caso de la semana: Danny Bardot, recluta de la Academia de policía de Nueva York, es encontrado muerto en un peligroso sector de la ciudad. Tratando de encontrar indicios para lograr averiguar quién lo mató, descubren que la bala que le dio muerte no estaba en su cuerpo. Sin embargo, ésta no fue removida totalmente, ya que las labores de forenses encuentran trozos de bala que coinciden con un arma de la Academia. Es por lo anterior que Beckett, Esposito y Ryan vuelven a su alma mater para tratar de esclarecer el crimen. Estando allí podemos notar la influencia que tuvo el paso de Beckett (ahora capitana del 12th preccint) en sus días como recluta, dado que era la «alumna estrella».

Para poder lograr su cometido, Beckett ingresa a una de las clases de los reclutas, específicamente a aquella en la que se encuentra Bardot, a cargo del sargento Ortiz, ex profesor de Beckett en la Academia. Lo difícil será lograr encontrar al asesino, ya que todo apuntaría a que uno de los miembros de la clase estuvo involucrado en el hecho o bien podría saber algo. Pero en la medida en que el capítulo avanza, vemos que el problema es más grande de lo que parece: la mafia irlandesa tendría un topo dentro de sus filas.

Por otro lado, tenemos que recordar en qué terminó el episodio de la semana pasada, para ver qué ocurrirá entre Rick y Kate (review disponible en este sitio, por cierto). Como pudimos ver, Rick regresa de su viaje a Los Angeles con una información importantísima relativa a LokSat, la entidad que estaría detrás de la muerte de los miembros del equipo de Beckett en Washington y posiblemente ligada al senador Braken, quien cumplía condena por el asesinato de la madre de Beckett. Dicha información podría marcar un antes y un después en la relación de los protagonistas, por lo que Castle medita muy bien sobre lo que dirá. Haciendo raya para la suma, Rick decide contarle a Kate sobre su hallazgo, lo que en un principio desestabiliza a Beckett, pero luego los llevará a ambos a tomar una decisión al respecto.

Como mencioné más arriba, el capítulo es uno de los más intensos de la temporada (de hecho, es dirigido por Rob Bowman, por lo que no me extraña el buen trabajo), dado que muestra el duro vivir de los reclutas en la Academia, además de los recuerdos que Beckett tiene de su paso por dicha institución. Por otro lado, podemos ver que Kate se ve reflejada en una de las novatas de la Academia, porque ve en ella ese deseo de hacer justicia y poner las cosas en su lugar, sumado al ímpetu propio de la juventud. De hecho, es precisamente Beckett el foco principal del capítulo; la vemos en esa faceta badass que la caracterizó muy bien en las primeras temporadas, donde se mostraba como un personaje con mucha autoridad, faceta que en los últimos capítulos se echaba de menos. Como algunos dicen, es bueno volver a las raíces cuando se está confundido o perdido, y dicha frase no podría calzar mejor con el momento que está viviendo la serie, por lo que este aventón no le viene nada de mal.

Cabe mencionar que la paleta de colores empleada en el capítulo, así como la fotografía en el mismo, también denotan la intensidad de emociones plasmadas en el episodio. Por otro lado, aplaudo la decisión de los guionistas de tratar de ir cerrando el tema de cómo abordar LokSat, dado que al irse estirando por muchos episodios hace que la trama se vuelva tediosa (de hecho, por un minuto temí que volvieran a fojas cero respecto a lo avanzado en esta temporada y ese sí que hubiese sido un golpe duro para los fans). Pero el capítulo no es sólo momentos tensos, también hubo espacio para la risa (la dedicatoria de Martha, madre de Rick, a su hijo en su última novela de autoayuda es genial).

Sacando cuentas, podemos señalar que fue uno de los mejores episodios de la temporada, en el cual destacamos la actuación de Stana Katić, quien estuvo fenomenal, el buen guión y, por sobre todo, que ya se comienza a definir un plan para derribar a LokSat, esta vez juntos, como siempre debió ser.