REVIEW | Mr Robot: La redención de la 3ra temporada
Mr. Robot ha pasado por altos y bajos. La serie hizo ruido como una excelente primera temporada, pero presentó decisiones cuestionables con su segundo año, principalmente al intentar replicar la misma idea de plot twist que chocó a los fans antes. Ahora, el creador, guionista y director Sam Esmail reanuda las riendas para mostrar que la serie todavía tiene mucho que ofrecer.
Después de todo el arco de Elliot Alderson (Rami Malek) en la 2da temporada (y que no revelaremos para mantener la sorpresa a aquellos que aún no la ven), la tercera temporada comienza con el hacker percibiendo que su revolución no salió como lo planeado: la economía se rompió, las personas están sufriendo y las corporaciones, principal objetivo del ciberataque, sólo quedaron más fuertes y controladoras. Él entonces da inicio a una jornada de redención, uniéndose al enemigo para pagar por sus errores.
Mientras que el año dos tiene un desarrollo complejo para intentar ganar al espectador por el impacto, aquí queda claro que la narrativa camina con un objetivo en mente. La trama pasa por un arco de arrepentimiento, revuelta, lamentación y reanudación, progresando de forma natural y honesta. Es evidente que Esmail tuvo influencia tanto en el guión y en la dirección, conduciendo la historia con la atención al detalle y el buen ritmo que consagran la temporada de estreno.
Esto, por supuesto, no significa que el programa no tenga sus trucos, pero ya no se aplican con el propósito de engañar al público. Por ejemplo, en vez de presentar Elliot y a Mr. Robot (Christian Slater) como dos personajes diferentes, ahora el mentor es utilizado como una entidad propia, casi como una especie de posesión que se apodera del cuerpo y la mente del protagonista para crear lapsos de memoria. Como el espectador ya no se deja engañar en estos eventos, es posible tener un entendimiento mejor del universo de la serie.
El destaque es por cuenta de Elliot y Angela (Portia Doubleday), que se desarrollan como iguales pero en movimientos e ideologías diferentes. La ejecutiva, que antes sólo actuaba como interés amoroso del protagonista, aquí se involucra de lleno con el juego de manipulación y hacking del Dark Army. Elliot lleva su lucha contra el mundo, combatiendo al mismo tiempo al ejército de hackers chinos, al FBI, a ECorp y, por supuesto, a él mismo. Ambos brillan por sus excelentes actuaciones, que pasan la intensidad de coger batallas perdidas, correr contra el reloj y tratar de mantenerse enfocado incluso cuando todo va en su contra.
Uno de los elementos más interesantes de la segunda temporada fue la intensa experimentación visual. La fotografía y la dirección constantemente jugaban con planos-secuencia y ángulos osados para retratar la acción. Esto se mantiene en el año tres, y es elevado a otro nivel. Cada capítulo asume una identidad propia, siempre cambiando las reglas, pero sin huir del propósito de la serie de televisión.
Los cambios tampoco son gratuitos, casándose con los diversos cambios de tono de la trama. Cuando Elliot necesita huir de las oficinas de ECorp, por ejemplo, la cámara capta la acción sin cortes y siempre próxima a su cara, creando la sensación de incomodidad, claustrofobia y frenesí de la persecución. Cuando el protagonista pasa por una crisis de arrepentimiento durante los momentos finales de la temporada, la visual se vuelve melancólico y contemplativo.
El triunfo de la tercera temporada de Mr. Robot queda en su sensación de progresión. Los diez episodios rescatan las mejores partes de los años anteriores y las combinan para crear un suspenso intenso y en constante evolución. La serie encuentra su voz al apostar con confianza en narrativa y visuales cada vez más complejos. Con la cuarta temporada ya garantizada y Esmail hablando que ya sabe cómo concluir el programa, el futuro de Mr. Robot nunca pareció tan brillante.
Mr Robot se puede ver por Space y su plataforma Space Go en América latina, también en Amazon Prime Video